miércoles, 14 de julio de 2021

 14 de julio, 2021

lee por ahí que el psicoanálisis es un cuentito, que lacan escribió cuentos y que los psicólogos se olvidaron.

piensa: que la gente tiende a olvidarlo (no los científicos) porque lo omnipresente es invisible, pero toda la ciencia humana es un conjunto de cuentos. la diferencia entre la física y la psicología es que los físicos saben que, aunque el universo no esté hecho de cuentos, los humanos sólo pueden comprenderlo con cuentos, mediante cuentos, en cuentos. 

en cambio, la psiquis es, entera, un cuento. la identidad, el yo, son relatos con sus capítulos, sus personajes secundarios, sus líneas abiertas, sus finales abruptos. y el estilo es la personalidad (lo tienta improvisar aquí con analogías)

y como en la literatura (cree recordar que escribió piglia) no hay nada más importante que el narrador: si pudiéramos intervenir sobre el narrador de nuestro cuento, modificarle el estilo, el punto de vista, las premisas, los conectores, podríamos ser menos infelices. ¿curarse es cuestión de estilística?

el psicoanálisis es un cuento para intervenir en un universo de cuentos.

14 de julio, 2021

 despierta con lo que solo podrá describir como inverosimilitud. veinticinco minutos en la cama dudando. levantarse, ir a trabajar: poco creíble, mal escrito.


lunes, 12 de julio de 2021

Actualización de entradas


recuperé de aquí y allá algunas de las cosas que anoto cuando miro pelis y series. subí las entradas con la fecha en la que originalmente las escribí, así que es todo un poco confuso. por eso, en fin, estas son las últimas entradas subidas al blog, pero que escribí durante los últimos cuatro años


octubre 2017 a julio de 2021: bitácora audiovisual de cuarentena. series películas y libros a los que no dediqué un texto largo que merezca entrada propia.

noviembre, 2017: sombras, nada más [otra vez Cowboy Bebop]

abril, 2018: [cinematógrafo] dos entradas, larga vida a la megalomanía absurda de Llinás (sobre La Flor)

mayo, 2018: [cinematógrafo] de la elasticidad de un verosímil (sobre 7 samurais de kurosawa)

septiembre, 2018: [cinematógrafo] [teatro] la renovación underdog del mito moderno de las naciones (sobre Hamilton, de Lin-Manuel Miranda)

enero, 2019: [cinematógrafo] la cicatriz que deja atrás una subjetividad amputada (sobre El silencio es un cuerpo que cae, de Comedi)

febrero, 2019: [cinematógrafo] representación y subjetividad huidiza (sobre the congress, de ari folman)

[cinematógrafo] 200 moteles barrocos (zappa)

marzo, 2020: [cinematógrafo] alegorías incel (sobre Beastars, temporada 1)

abril, 2020: [corpus] de las muchas formas de desear (sobre Disco Elysium)

mayo, 2020: [cinematógrafo] de vértigos sexuales y de riesgos reales (sobre Smooth Talk, de Joyce Chopra)

septiembre, 2020: [cinematógrafo] ay con las súper series (sobre las series Watchmen y The Boys)

enero, 2021: [cinematógrafo] la potencia de lo abierto (ficha de rodake de Godfrey Reggio y Ron Fricke)

[cinematógrafo] hay un fusilado que vive (sobre algunas memorables películas de zombis)


bitácora audiovisual de cuarentena (10/17 - 07/21)

las que, supongo, no me invitaron a pensar tanto. en julio de 2017 cruzamos la frontera Nº 100 de nuestro humilde cineclub. por esos años escribía poco.


octubre, 2017



One Flew Over the Cuckoo's Nest (milos forman, 1975)

la vi entre las tres y media y las cinco y media de esta madrugada.

casi me muero

afortunada seguidilla. estas semanas vi las inolvidables El bonaerense y La ciénaga.


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dijo mi amigo wen:

ni me acuerdo que mierda trajo J para el cineclub...los corceles de fuego o algo si, no se, una cosa medio medio infumable, sobre estem....ucranianos o algo asi en los karpatos, camara en mano, un delirio cosmico medio...setentoso parecia, no se. creo que le puse un 5. le preset atencion, pero no paso nada.


Тіні забутих предків a.k.a. Sombras de los antepasados olvidados a.k.a. Los corceles de fuego (Serguéi Paradzhánov, 1964)

un drama de amor ucraniano decimonónico, hablado en ucraniano y con mucho de experimental lo que, al parecer, no ayudó a la carrera del armenio paradzhánov en la unión soviética (aunque leo por ahí que esta película no fue mal recibida por las autoridades, sino la siguiente, el color de los pomegranates). basada en la novela homónima de Mykhailo Kotsiubynsky, también ucraniano y decimonónico.

se destacan las secuencias, las imágenes y las músicas de una cultura que desde nuestra latinidad afrancesada e hiperlaica, parecen y suenan extravagantes. pero para el público eslavo de los sesenta acaso se consumiera como una serie simbólica (corderos, fantasmas, rosarios y cruces, tumbas, túnicas, planos de vírgenes) entramada con estéticas vanguardistas (el uso del color para indicar tonos anímicos, incluyendo una sección en blanco y negro, otra en rojo, o cámaras que giran a toda velocidad)

Paradzhánov y Tarkovsky se influenciaron mutuamente en el quiebre con el realismo socialista.

además de un BAFTA, obtuvo el gran premio del festival de Mar del Plata 1965 (¿la habrá visto illia?)





noviembre, 2017


fuimos a ver la nueva peli de valenta rinner, cuya ópera prima, parabellum, nos fascinara para siempre


una mujer ingresa como empleada doméstica cama adentro en un barrio cerrado del oeste de la provincia de buenos aires. en contraste con la estéril, frustrante e infeliz vida a la que pareciera estar condenada, irá conociendo las extravagantes prácticas del barrio cerrado vecino: una comunidad de nudistas.

entiendo que valenta rinner es un pibe, pero qué bien que filma y edita y, en fin, se maneja como un viejo lobo. por ejemplo la construcción de tensión narrativa casi íntegramente a partir de percusiones tonales -me hizo acordar a la de jon brion en punch-drunk love (2002), que deriva en planos abiertos simétricos tipo kubrick (un portón, una mansión, una cancha). el encabalgamiento de los puntos de vista (alguien hace una entrevista, alguien juega al tenis en un más-acá de la persona en relieve, etc), la paciencia -necesaria para detallar lo pusilánime. o los planos fijos de cuerpos en movimiento (una locomotora, un carrito eléctrico, o ella misma caminando)[1], los silencios y los ruidos desde adentro (o desde afuera, si las cosas suceden adentro).

y por el uso de ruidos se puede comenzar. al igual que en parabellum, en el universo de los decentes, el suelo siempre tiembla. hay una ética que se desprende del cine de valenta rinner, y es la siguiente: es posible ejercer la felicidad, entendida como una forma de plenitud, de explotación de tus potencias. pero esa forma implica la destrucción -parcial, pero decidida, y naturalmente violenta- del mundo. la cultura es, mayormente, una enfermedad, y la experiencia es algo que viene después de la historia.

no digo más, quisiera recomendarla. no estoy diciendo que sea perfecta pero, en fin, seguro durará en el cine lo que un pedo al viento y después será tan inconseguible como la propia parabellum.

[1] cuando el plano cambia, es que sube al tren argumental: el ritmo narrativo evoluciona en conjunto. la cámara se mueve con belén cuando belén ya ha tomado la decisión que precipita la secuencia final. no antes







diciembre, 2017


The lion in winter (Anthony Harvey, 1968)

cuenta la historia de ricardo segundo, su esposa eleonora de aquitania y un poco también la de su amante y sus tres hijos, ricardo corazón de león, godofredo y juan sin tierra. intrigas y especulación, pactos y traiciones, todo en una sola noche en que ha sido invitado el joven rey de francia que aporta su cuota de secretos y alianzas.

peter o' toole es una bestia. está irreconocible (porque supongo que todo el mundo lo recuerda como lawrence de arabia como lo recuerdo yo). pero la película se la roba la hepburn. su personaje es el más complicado y el más interesante. supone un nivel extremo de ambivalencia y, básicamente, tiene que llorar y reír todo el tiempo. a veces sólo con la mirada.

por cierto, es la primera aparición cinematográfica de anthony hopkins, con 31 años.

ahora lo que me gusta: ¡genealogías fisionómicas!

peter o'toole está clavadito a chris o'dowd -será el genotipo irlandés?



y catharine hepburn está igual que ellen burstyn en réquiem for a dream




también vimos


los power rangers! o masque of red death (Roger Corman, 1964) adaptación de un cuento de poe que no leí.

un poco ingenuota, cultos al diablo y pamplinas del estilo en lo que parecería algún punto latino indeterminado de una europa medieval también más o menos indeterminada temporalmente (habría que ver el cuento). vincent price hace todo muy llevadero. los otros personajes hay que soportarlos. excepto por el enano. un tal skip martin que labura muy bien.

luego con lu vimos en Netflix:



Cuba and the Cameraman (Jon Alpert, 2017)

imprescindible. el que no la ve es un burro.









enero, 2018




Heat (1995, Michael Mann)

10/10 no homo

/edit del 2021: guardo este comentario y algunos otros sin interés más que para recordar. en esos años a veces matábamos una tarde mirando un film con ana, como este. tardes blancas, sordas, risueñas.


27: El club de los malditos (2018) de Nicanor Loreti.


una de las peores películas que vi. 








febrero, 2018



Recreo (Hernán Guerschuny y Jazmín Stuart, 2018)

fernán mirás es un sujeto encantador y generoso con una familia y amigos de mierda.

esta película es irreal y grosera, y debido a su contenido nadie la debe ver.


Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (Martin McDonagh, 2017)

mujeres, enanos, negros y gays contra el hombre blanco de ultraderecha. grandes actuaciones -grandes actores, bah- para pequeños papeles. le daría todos los premios a la corrección política. ni predecible ni sorprendente. 


black panther (Ryan Coogler, 2018)

la séptima película de orígenes de esta era. las virtudes y los vicios usuales. mirar películas de marvel implica obviar inconsistencias, así que lo haré. lo que queda es otra película demasiado preocupada por no ser tan graciosa como guardianes de la galaxia. con buenos actores aunque no tan buenos (lo que es un alivio, porque ver a blanchett y goldblum en thor:ragnarok fue... incómodo) haciendo papeles sencillos, unidimensionales, mecánicos. argumento maniqueo, música y coreografía superiores, placenteras.





marzo, 2018



Kramer vs. Kramer (1979, Robert Benton)

aunque creo que entiendo por qué un film así puede interpelar a la generación que interpeló, es difícil encontrarle la urgencia a esta historia hoy. sobrevive la calidad de las actuaciones, cierto rigor en la narrativa de episodios sencillos, no mucho más.



A Perfect World (1993, Clint Eastwood)

si uno se viera tentado a creer en los mitos liberales, podría encontrar los mejores ejemplares en los films de eastwood. hombres y mujeres que valen por lo que hacen y que se juzgan por lo que valen. siempre contra los obstáculos propuestos por el prejuicio burocrático sureño de los americanos. la inteligencia de eastwood (además de apelar a los más eficientes modelos narrativos del cine clásico) reside en encontrar contrastes entre dementes y diabólicos para realzar la nobleza de sus héroes.

además a kevin lo banco a los tiros y laura dern > meryl streep

/edit del 2021: no tengo el menor recuerdo de estos dos films.




abril, 2018


Quo vadis? (1951, Mervyn LeRoy)

en tiempos de nerón y pablo de tarso, un exitoso comandante romano se deja seducir por una colorada orgullosa y aprende la superioridad moral de su nueva religión universal. como en todos estos grandes clásicos, el verdadero misterio es comprender qué se supone que seduce a la heroína del héroe. como no sea su firme virilidad bélica y dominante, nada hay en el personaje de robert taylor que deje intuir un alma sensible y un corazón abierto. más bien estos films son testigos de una época muy poco sutil en la que el deseo femenino comenzaba a ser representado mediante las curiosas formas de un homoerotismo mal disimulado. construir mujeres deseantes, que deseen en el hombre aquello que el hombre desea de sí mismo: tarea suicida e hipnótica que conduce, más tarde o más temprano, a las mieles de harvey weinstein.

dicho eso, que alegría formidable ¿y pueril? que me produce ver setecientos mil extras vestidos con sus respectivos vestuarios de época, blasones y estandartes, animales y carros, instrumentos musicales, etc. cierto que semejante modelo cinematográfico obliga a determinado nivel de monopolio (¿quién puede pagar megaproducciones así?). pero, en fin ¿quién puede resistirse al fetichismo de la mercancía? las tres horas de quo vadis? son una fiesta visual mayor a la de ben hur o espartaco.

Paths of Glory (1957, Stanley Kubrick)

durante la infame guerra de trincheras que tiene congeladas las posiciones francesas y alemanas, la ambición de los generales provoca una tragedia de la cual querrán hacer cargo a los soldados del coronel papi de michael douglas.

he descubierto que en los films clásicos de guerra, el primero que aparezca en cueros es el bueno.

es kubrick, y por lo tanto, cada escena es una fiesta visual. desconozco si para stanley el blanco y negro fue una necesidad o una opción. pero en general hay un uso de luces y oscuridades que parecen haber surgido de la creación para realzar las tenebrosas cejas y el imposible mentón de kirk.

dicho eso, si bien es cierto que paths of glory pone de relieve ciertas contradicciones de los códigos culturales occidentales (en este caso: virtudes y horrores de las ideas del honor, de la patria y del coraje), la verdad es que kubrick no maneja aún, o no llega a desplegar lo que para mí es lo más característico de su cine, que es un cierto tono melancólico y ácido. esa especie de dolorosa diversión que produce la ¿locura? (siento que podría escribir "la cordura" y sería mejor la oración) de los personajes de strangelove, full metal jacket o the shining.

junio, 2018

La vendedora de fósforos (Moguillansky, 2018) fuimos a ver esta bonita peli en la Lugones (que está muy bonita y renovada pero no tiene declive y te rompés la espalda, así que recomiendo sentarse atrás de todo).


de este director ya vi Castro y me perdí El escarabajo de oro. Moguillansky es parte del pampero cine, la productora en la que Llinás está rompiendo todo con cosas como Balnearios, Historias extraordinarias y La flor. la verdad, no conozco nada mejor en el cine.

la vendedora de fósforos es super sencilla en términos argumentales, a pesar del cosmopolitismo sin ostentación (onda cozarinsky) que los caracteriza. mucho esmero en la grabación de la música, mucho piano, diálogos, lecturas en voz alta y voz en off, para que no digan que no avisé. pero a mí ese cine me parece fascinante. maría villar que además de que no puede más de linda la rompe, y buenos laburos de locos como walter jacob (el que descubre el león en Historias extraordinarias) y lalo rotaveria (que creo que era el policía analfabeto en La terquedad de Spregelburd y también estaba en La flor).

baratito y bueno, cortito y al pie.


La chica del sur (José Luis García, 2013)

uno de esos documentales en los que el protagonista comparte su protagonismo entre su historia y su relación respecto del documentalista.

en este caso, la fascinación, que llega a ser conmovedora pero también incómoda (y es su gran mérito haberla retratado sin piedad) del director García para con la activista koreana Lim Su-kyung. nostálgica, inteligente y divertida. buscaré oportunidad de ver otra peli de García

/spoiler de 2021: no lo hice.



agosto, 2018



fuimos a ver petróleo de las piel de lava.

a las piel de lava las conocí por llinás (durante casi, casi la totalidad de las catorce horas de la flor hay por lo menos una de ellas en escena todo el tiempo). nos enteramos de casualidad de esta obra y fuimos. nos gustó mucho. 

petróleo es un ensayo sobre la masculinidad. una de las bravas hipótesis que butler nos enseñó sobre el género es parecida a la triste verdad sobre el capitalismo: que funciona en permanente crisis, pero que solamente funciona si está en crisis. esto es: una performance compulsiva responde justamente a la necesidad de sostener lo que se está cayendo, porque se está cayendo. pero en la medida en que solamente existe la performance y la idea de un sentido trascendental a esa serie, es necesario concluir que lo único que existe es, justamente, eso que está en crisis. si no estuviera en crisis, no existiría.

en petróleo, además de ser muy divertida, la crisis es tan lúcida como evidente. las chicas hicieron su trabajo y el muestrario es infernalmente extensivo. los varoncitos sufrimos un poco pasear por semejante espejo de gestos que, por piedad, digamos que nos retrotraen a nuestra propia serie histórica. se luce mucho gamboa en esta reproducción, por cierto. de a ratos logra un incómodo nivel mimético.

en todo caso se destaca la flotación de una crisis sutil en el océano de una crisis grotesca. juegos de lenguaje (con palabras y con el cuerpo) que se entreveran formando y sugiriendo metáforas que no pueden ser canceladas porque nunca terminan de ser unívocas. por ejemplo, las referencias al bombeo de petróleo: ¿todas ellas hablan de la penetración? Y si lo hacen ¿en qué sentido? o mejor: ¿cómo puede interpretarse unívocamente la atracción fantasiosa por una fiesta oscura y calentita? etc. en esta ambigüedad hay un trabajo muy sutil que se articula con otro, más inmediatamente obvio, ridículo y juguetón.


You Were Never Really Here (Lynne Ramsay, 2018)

iba a hacer algunas comparaciones, sobre todo con taxi driver, pero alguien ya se tomó el trabajo con bellos gifs. faltaría mencionar a la madre de Hyoga en Saint Seiya y a Léon: The Professional

pero si deniro representaba un protofascismo puritano desquiciado, incómodo por cuanto es -o quiere ser- justificado, joaquín phoenix desarrolla un re-enclasado mercenario que aún sostiene una relación emocional-familiar, y que trata de reformarse de lo que el aparato bélico-fascista le imprimió. en realidad, el film es todo lo contrario al de scorsese. 

gustó mucho en el cineclub porque además es muy moderna y bien llevada. decente para festival, sabe empezar y sabe terminar, sin piruetas demagógicas ni concesiones puerilizantes.

también charlamos un rato sobre la paleta de colores. andrea habló de los azules, yo percibí una especie de ampliación constante. colores suaves y muy iluminados. opacos y apenas brillantes, lo contrario de la estética de moda con saturados super quemados (por ejemplo, todo indica que así será la última de ortega).

phoenix es cra.




El ángel (Luis Ortega, 2018)

1. como sabemos, el precio del cine no es joda, pero por suerte le usamos la 360 a mi cuñado. los pochoclos del atlas son una goma rancia a precio de sushi. pero pudimos meter unos pochoclos callejeros en la mochila. eso estuvo genial.

2. dicen que el atlas de flores tiene olor a culo. no sé. pero siempre que como pochoclos me olvido de masticar despacio y corro el riesgo de reventarme una muela contra un maíz no reventado. esta vez pude concentrarme y no tuve ni una sorpresa.

3. y hablando de pochoclos, en general me da un poco de pudor hacer ruido cuando los saco de la bolsa, pero el ángel nos da excelentes momentos musicales a todo volumen para poder darnos el gusto sin culpa.







Dementia 13 (aka Haunted on the Haunt, Francis Ford Coppola, 1963)

Parece que el mítico Roger Corman[1] filmaba una película llamada The Young Racers y le permitió a su joven ayudante, Francis Ford, usar el equipo de rodaje y algunos actores y personal para dirigir su propio film, siempre y cuando lo hiciera en los tiempos en que no estaban filmando. Así comenzó la carrera de director de Coppola, con esta cinta de bajo presupuesto, filmada en nueve días y bastante bizarra, unos diez años antes de hacer El padrino.

En la parte uno de La Flor, Llinás se hace decir a sí mismo que la primer historia de su film es una historia de género, una de esas que los yankees antes hacían con los ojos cerrados y ahora parecen haber olvidado cómo se realizan. Yo entiendo que Coppola hizo exactamente eso, un film de género. El verosímil en estos casos está entre el moco y el chicle, todo y cualquier cosa se permite en tanto se mantenga cierto ritmo y cierto tono. Lo menciono porque surgió una discusión sobre los errores o inconsistencias que me remite al intercambio sobre los efectos que produce leer bajo esquemas de género, al respecto de El petiso orejudo de María Moreno.

Mi amiga andrea propuso que Dementia 13 se presenta como policial. Y con esa perspectiva encontraba inconsistencias que a mí ni siquiera se me habían ocurrido, porque veía una historia sencillamente articulada sobre una línea de efectos ambiguos. Quiero decir, lo que se construye es una duda (¿hay un fantasma o un criminal?) más que un enigma (quién/por qué es el criminal?).

No me interesa saber quién tiene razón desde la perspectiva de la intención (qué quiso hacer Pancho Ford) pero me entretiene bastante considerar cuántas consecuencias tiene sobre el producto el aparato de lectura elegido. Por ejemplo: el asesino es el más evidente sospechoso, y la figura del investigador es bastante floja (¿qué le importa, finalmente, al médico?). Consideraciones que pueden hacer de una historia un mal policial, pero que son casi constitutivas en narrativas, digamos, pop. Se me ocurre ahora una que vi hace poco tiempo: La mujer pantera, que menciona Molina en El beso de la mujer araña de Puig. En cambio, la muerte repentina de quien -hasta ese momento- parecía ser protagonista del film, que a mí me pareció sorprendente, podría ser considerado un clisé, según me dijeron, si la viéramos como un policial negro. Lo mismo el desfile de personajes sin función aparente. 

En fin, la cinta es breve y una curiosidad por varios motivos.

[1] Uno de esos realizadores independientes medio bizarros recuperados por los cahiers... axel nos cuenta que se lo ha llamado "el papa del cine pop")

--o--

Edward II (1991, Derek Jarman)



la más joven y nueva integrante del cc trae pelis raras. en este caso, este erótico film de bellos muchachitos que recrea la historia de Eduardo II de Inglaterra, casado con Isabel de Francia, quien reinó durante casi veinte años a principios del siglo XIV. el drama de la película y de la vida de Eduardo gira al rededor de la relación escandalosa con el conde Gaveston, el rechazo que causó en la corte, los conflictos y la guerra desatada por estos, liderados por Plantagenet.

nada sabíamos del director ni de la historia. mis expectativas de ver una representación medieval se frustraron casi de inmediato, cuando Gaveston se fuma un pucho. de allí en más, los diálogos isabelinos se articulan en interpretación sórdida y libidinosa, con decorados minimalistas, íntegramente filmados en interiores. luego de un rato, alguien recordó que había una obra homónima de Christopher Marlowe, luego de lo cual el chiste empezó a tener sentido para todos.

efecto de contraposición que Luhrmann popularizaría en Romeo + Juliet (1996): el texto impecable del maestro isabelino (al que Shakespeare imitó para superar y sacarse de encima el peso de la admiración, cuando hizo su propio Judío de Malta en El mercader de Venecia, como señala Harold Bloom) montado a una representación hipermoderna. Excepto que Luhrmann hará el recorrido completo, mientras que Jarman se queda a mitad de camino, es más ambiguo, más incómodo, más experimental. eso y, lo que supongo que justificaba el proyecto, el juego homoerótico que se insinúa en Marlowe pero que Jarman explicita y aprovecha.

la peli dura lo justo como para no cansar. incluye unas cuantas extravagancias visuales, argumentales y musicales incluyendo algunas secuencias con Annie Lennox cantando (la voz que conocemos por "Sweet Drams (are made of this)" de Euriythmics). El texto es impecable, lo que es decir nada, porque es de Marlowe. Pero me gustó mucho cómo lo llevan Andrew Tiernan, Steven Waddington (a quienes ni conocía) y Tilda Swinton.

imposible no decirlo: Eduardo II es el hijo de Eduardo I, también conocido como... Zanquilargo es decir que esta es la historia del hijo del malo de Bravehart. en esta peli, el papel de Isabel de Francia es bastante más importante que en la de Mel Gibson, como conspiradora despechada. Tuve que ir a la wikipedia a confirmar, donde descubrí que quien vence bélicamente a eduardo terminando con la guerra civil es... ¡Robert Bruce! el que le grita al viejo leproso que se muera, el traidor. mucha nostalgia.










diciembre, 2018

Female Trouble (1974, John Waters) 

Con ver unas pocas escenas es suficiente para imaginar el universo infinito de textos hablando de identidad, género, normalidad y sociedad del espectáculo que se debe haber escrito sobre este film, estrenado dos años después que la célebre Pink flamingos. Así, no insisto.

Sí me llamó la atención el segundo acierto consecutivo de mi amigo axel, que la semana pasada cuando veíamos After Hours (1985, Scorsese) dijo "esto es kafkiano" (y terminó resultando un homenaje -por lo menos) y en esta oportunidad recordó la obra de Copi. Y sí, algo de Loretta Strong, algo de Eva Perón, algo de Cachafaz, sin duda, tiene este producto de Waters.

Al igual que en Cecil B. Demented (2000, Waters), que vimos en el CC #100, hay una escena en que el protagonista mira a cámara y resume el tema del film. "¡Hagan buenas películas o mueran!", grita Melanie Griffith en la más moderna. En la del '74, Divine extasiada de sí misma (de la representación de sí misma, que es ya la única verdad a la que accede) agradece a su público y les avisa que ella estará en la tapa de todos los periódicos al día siguiente, y luego pregunta, divina, revolver en mano ¿quién quiere morir por el arte?

Por cierto, a casi cincuenta años, una película así se siente de a ratos sencillamente como humor transfóbico. Algo similar a lo que pasa cuando haciendo zapping nos cruzamos con Olmedo y Porcel travestidos. Probablemente, se trata de un acercamiento anterior a los encuadres y disciplinas que vinieron después. No existe concesión a algún tipo de corrección política. Bueno, lo mismo que pasa con Copi ¿no?

Pero sobre todo, el juego pasa por restarle trascendencia al devenir trans (hasta en el título). En definitiva, es una historia sobre la alienación que la sociedad del espectáculo produce. El campo fértil de la marginalidad es, me parece, una excusa. Dawn Davemport no sufre conflictos de género, y solo secundariamente de femineidad (y solo si asociamos femineidad con maternidad). Principalmente sufre por no ser famosa, o sufre por ser famosa. Y su martirio no condena al patriarcado, sino al universo cínico de autocomplacencia que son la cultura y los medios masivos, aliados principales de la miseria del capitalismo actual.

Los personajes gritan toda la película. Pero más que amateur me dio la impresión de asistir a un espectáculo teatral, sin micrófonos, donde se hace valer el cuerpo y la impostación.




diciembre, 2018



A Star Is Born (bradley cooper, 2018)

bradley cooper acosa lady gaga pero está bien porque es sensible y después abusa emocionalmente de ella pero está bien porque la ama o algo así. todas las líneas de diálogos son horribles y groseras y nadie la debe ver.



bird box (susanne bier, 2018)

esa de netflix que empapeló la ciudad.

por un milagro del cine sandy es fértil a los 54 años y entonces todo es más o menos como en the happening (night shyamalan, 2007) pero ahora los malos no son las plantas pero medio que es lo mismo y después todo es un poco como en ensayo sobre la ceguera. diagnóstico: mejor que la de lady gaga, seguro.





(las tetas de) cleopatra (mankiewicz, 1963)

yo no sé qué pasaba en esos años que semejante peliculón constituía el cine industrial y popular. en fin, junto a espartaco (kubrick, 1960, con guión de dalton trumbo) y quo vadis (mervyn leroy, 1951) conformaron como 10 horas de sanguinaria erótica romana para reconfortar mi machirulismo herido.

vi la versión de 4 horas, que es la que se consigue más fácil. parece que la original en cine duraba poco más de tres, y que hubo ediciones de hasta cinco para VHS.

extra: en el juego de buscar caras de famosos que se repiten, richard burton se me hace antecedente tanto de bill murray como de ray liotta


enero, 2019




Sueño Florianópolis (ana katz, 2019)

el cine de katz me gusta mucho. lo que siempre tuvo de inteligente la tipa lo fue ganando también de sutileza. el poster y las gigantografías dan la impresión de que vas a ver un film de 1996 con morán y gustavo garzón. hay que atravesar esa impresión.

una historia sencilla, muy NCA o muy dogma. un viaje en familia, en auto, a floranópolis en tiempos menemistas. los limitados, controlados excesos mediante los que la clase trabajadora acomodada se romantiza la experiencia vital durante un verano. la marca indeleble que deja sobre los cuerpos una experiencia cualquiera, incluso las controladas. buenas actuaciones, alguna escena bellísima (la de los niños que giran en la playa, la de la charla fallida en dos idiomas entre moran y el brasilero sentados en la piedra), al final -tal vez porque al gaumont no le andaba el aire acondicionado- conté un poco los minutos.


febrero, 2019

este finde en el delta tiramos una sábana y un proyector, y en la nada y rodeados de nadie vimos dos muy muy buenas películas.




Tangerine (Sean Baker, 2015)

ópera prima del loco este, de quien ya me fasciné con the florida proyect (que no conozco a nadie a quien no le haya gustado) 

una de las jodas con esta peli es que la filmó toda con i-phones. me gusta mucho cuando alguien con dos pesos con cincuenta recupera el tópico de que el cine es historias (Llinás, aunque tal vez no estaría de acuerdo, me da la razón con lo que hace).






Mistress America (Noah Baumbach, 2015)

sutil y extraordinariamente veloz. una historia sencilla e infinita: la de la insondable complejidad de la banalidad humana. la admiración del que interpreta o glosa, respecto de la aparentemente fácil alquimia del que se adapta.

la inteligencia de los diálogos coloca al director en una tradición muy noble: la de la falta de complacencia respecto del espectador. la de, alguna vez, por un rato, no pensar que somos todos imbéciles. es el mismo director de lady bird y frances ha, que yo no vi. pensé en cosas divertidas, ácidas y veloces: annie hall (1977), clerks (1994), daria (1997-2002), secuencias que respetan su propio ritmo. me corrigen. baumbach sí dirigió frances ha pero no lady bird. esta última fue dirigida por greta gerwig, que en mistress america interpreta a brooke.

mi amiga andrea estuvo muy sagaz mientras la veíamos: notó que la estructura repetía la de the great gatsby, lectura que ahora me parece evidente. en todo caso, una muy bella actualización de ese mito, en femenino.



mayo, 2019





en el BAFICI: los tiburones (Lucía Garibaldi, 2019) me gustó mucho. página le dedica esta reseña.


julio, 2019



en el cineclub vimos the perfection (2018, Richard Shepard). un espanto idiota y una falta de respeto.

pero luego a las 4 de la mañana me puse Roma, la de cuarón. me pareció preciosa, inteligente y ágil. pensé (me hicieron pensar) que iba a ser mucho más lenta y pretenciosa. 

dos argentinas que me gustaron estos días: muere monstruo muere (Alejandro Fadel, 2018) y los astrogauchos (Matías Szulanski, 2019). la primera una neónica y oscura imaginería lyncheana en las muy bien aprovechadas tierras cuyanas. la segunda una divertida y prolija parodia de la guerra fría a la argentina, con el genio de alberto suarez. es interesante ver como el cine nacional se anima en nuevos campos y sale bien parado, sin esa sensación de falta de presupuesto o tecnología de otros tiempos.

agosto, 2019











varios films tenidos en alta estima por la crítica que me produjeron poca impresión o directamente me aburrieron.

primero tarkovski. ni tan pesada como El espejo (1975) ni tan infumable como Solaris (1971), en un par de sesiones junté paciencia para ver Stalker (1979), muy lograda con escenas inolvidables y sine embargo ¿por qué no decirlo? envejecida. puedo entender la marca que un film así deja en la historia del cine pero en sí mismo, el ritmo es expulsivo. sencillamente no la recomendaría a nadie que no fuera un exhaustivo viajero de la ciencia ficción, o un acérrimo cinéfilo acostumbrado a los tiempos del cine más pretencioso de los sesenta y setenta. muy diferente es el caso de Andrei Rublev (1966) que tabmién es un film ambicioso y pretencioso pero que recompensa al espectador con una historia medieval legible, gozable, entretenida y abierta al juego hermenéutico en códigos lineal o alegórico. de Bergman había visto El séptimo sello (1956) y El huevo de la serpiente (1977), tan buenas ambas y tan distintas entre sí. en cambio creo que Persona (1966) es más interesante que bella o, incluso, inteligente. lo experimental del film, los juegos de sentido por asociación no cancelables por un enunciado, todo eso funciona muy bien. y hay un placer específico en los intensos planos de Ullmann y Anderson. la combinación de la hiper exposición, el blanco y negro, los planos estáticos de sus cuerpos y sus rostros, como articulando un baile que preanuncia el curso de los acontecimientos desde lo fotográfico.

de Tarkovski ya solo me interesa mirar La infancia de Iván. siento que le di más que suficientes oportunidades. de Bergman, quiero probar con La fuente de la doncella, El silencio y Gritos y susurros. ¿me estaré olvidando de alguna?

(edición de junio 2021: aún no vi ninguna de esas películas)








dos -creo que las primeras dos- de Lisandro Alonso: La Libertad (2001) y Los muertos (2004). cine áspero, primeros pasos del NCA. en primer lugar porque Alonso contrata no actores, o bien (no lo averigüé) hace un proceso de casting muy interesante para elegir cuerpos y rostros distintos a los que el cine nos tiene acostumbrados. en segundo lugar porque el motivo de la aventura solitaria desplaza el diálogo a un segundo lugar, disminuido y accesorio. en tercer lugar por un hiperrealismo intenso que en el caso de La Libertad llega al borde de constituirse en una no-película (largos minutos del protagonista talando, limpiando y dando forma a un tronco) y en el caso de la mucho más lograda Los muertos pone al espectador urbano ante el sacrificio crudo, sin filtros, de un animal. de paso: es muy bonito el homenaje tarkovskiano a Stalker en la primera escena de Los muertos y, aunque me parece super interesante la propuesta de Alonso, vale la pena marcar que en esta película se logra todo lo que le falta a la primera. los juegos fílmicos están todos, pero articulados con un eje narrativo que le da la hilación y el sentido que le falta a la ópera prima.

edición de junio 2021: hay que indicarlo, Edgardo Castro ha llevado esta línea a sus extremos con resultados estresantes en sus films Familia (2020) y La noche (2016). he intentado balbucear la idea de que Castro busca instalarse en el umbral en el que el realismo se vuelve indistinguible del documento y del archivo, dejando en suspenso la condición de lo ficticio.






dos filmes que en principio no tienen nada que ver. Bolivia (Adrián Caetano, 2001) y Το βλέμμα του Οδυσσέα o La mirada de Odiseo (Theo Angelopoulos, 1995).

Bolivia es una película sencilla y redondita. hay una evolución clara desde Pizza, Birra, Faso en lo técnico que tal vez tenga que ver con lo económico, con la experiencia, o ambas. y si bien la más antigua es mucho más recordada, yo creo que tiene más que ver con su valor icónico porque es un film fundante de cierta rama del NCA. Bolivia sucede casi íntegramente en el interior de un bar en constitución donde un inmigrante boliviano consigue trabajo atendiendo la parrila. en unos pocos días se sumerge en el teatro de la infelicidad y la violencia que es, que puede ser, Buenos Aires (en este caso con el agregado de suceder en tiempos de crisis). pocos actores, poca escenografía, pocas locaciones, gran película. tal vez el equilibrio mejor logrado entre disponibilidad de recursos y explotación de los mismos que yo recuerde en las pelis de Caetano.

La mirada de Odiseo podría considerarse una road trip por los balcanes en pleno conflicto bélico durante la primera mitad de los años noventa. protagonizada por Harvey Keitel que representa el papel de un cineasta griego que vuelve a su tierra después de triunfar en Hollywood. tiene algo de catábasis pesadillezca, estilo Apocalypse now (Coppola, 1980) o Aguirre, der Zorn Gottes (Herzog, 1972). el desplazamiento produce variaciones en la intensidad, la locura se apodera del sentido del viaje produciéndose el efecto de un desencanto de la fe en las convenciones y en la civilización. y ya que invitamos a Herzog debería mencionar también su Fitzcarraldo (1982) pues uno de los momentos más memorables del film griego es una secuencia en la que Keitel viaja en un barco que transporta, desarmada, una estatua inmensa de Lenin, para venderla a un coleccionista Occidental. los planos se van abriendo desde el rostro pétreo gigante hasta el cuerpo deformado y desarmado; y algo del patetismo y de lo sublime combinados en esas escenas me remitieron a aquellas otras, inolvidables, del barco gigante cruzando por tierra las montañas.

vi La mirada de Odiseo un poco desorientado, con el celular en la mano, buscando los nombres de las ciudades, y siguiendo en el mapa el recorrido por Albania, Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, etc. y recordé esta sensación cuando veía Bolivia y traté de imaginar cómo la percibiría un griego, un albano, o un checo. si algo tematiza Bolivia es la racialización. una línea racializadora atraviesa los personajes y las situaciones del film, en un extremo se conforma el boliviano/peruano (por lo que la confusión no es arbitraria, sino significativa en lo que proyecta su indiferenciación: son el extremo). hacia el otro polo la línea argentiniza: los taxistas desesperados, el patrón bonachón y explotador. pero lo más interesante es que en el trayecto esa línea despliega una serie de matices, pues hay provincianos (y si quisiéramos hilar más finos: está la boliviana-mujer, el provinciano-gay, etc). la línea racializa y canaliza odio en un sentido y distribuye -mezquina, parcamente- privilegios en el otro. y en fin, esta comparación un poco caprichosa que hago entre ambos muy buenos films tiene que ver con esta sensación del matiz, de la variación fina en la racialización a través de los territorios que estos proyectos escenifican.




Hombres de piel dura (2019) de José Celestino Campusano.

Campusano se tiene que dejar de joder y contratar guionistas y escritores. tiene las ideas, las ubicaciones y, al parecer, ahora también la guita. no puede ser que sus personajes sigan sonando como un doblaje de 1970.





A Scanner Darkly (linklater, 2006) basada en la novela homónima de 1977 de Philip Dick.

winona, harrelson, keanu y robert downy jr. oscura, entretenida. qué puedo decir, me encanta esa técnica de animación. 





mi amigo emiliano escribió:

Once Upon a Time in... Hollywood (2019) de Quentin Tarantino.

Otra vez Tarantino con los homenajes al cine western, hollywood, las series policiales, los dobles de riesgo y todas esas cosas situadas a fines de los sesenta. Muchos actores de cartel para una película que es más un experimento que una película. Poco guión, extensa duración la mayoría de las veces innecesaria. Lo que más se disfruta quizás es su fantasía anti-hippie, que se suma –guiño guiño– a su fantasía anti-nazi.

y nos invitamos a debatir un poco, así que respondí:

"bueno, en principio estoy de acuerdo con lo que afirmaste en general. la vimos con mi querido cineclub de fundidos que le promedió un seis y pico, lo que me pareció desproporcionado. mucho más justo fue el 4 redondo que postulé yo.

anotaste que la peli es homenaje y experimento. y agrego: como todos los films de tarantino. en términos generales, todo tarantino es cita y juego: primero al cine de género y las ficciones baratas o populares, luego al cine oriental clase B que nosotros conocemos bien por ciclos como el que conducía el gordo casero (pero que incluye las cintas cultas de kurosawa o las americanas/americanizadas como las de bruce lee) y, finalmente, con menos sutileza, al cine bélico y a los western (alguito me estoy dejando afuera, cierto).

pero hay una diferencia fundamental: uno puede homenajear al cine en tanto que producto o en tanto que discurso. Pulp Fiction o Dyango Unchained son sistemas cruzados de referencias o citas a temas y tropos del cine. mientras que once upon a time... es un sistema de referencias al ecosistema social, político y económico al que llamamos cine (en este caso, el de hollywood en una época específica, no me importa eso ahora).

hacer un homenaje a un fenómeno histórico está a dos pasos de hacer un docuficción, que es el peor de los productos imaginados por la industria audiovisual. la diferencia entre uno y otro puede ser muy sutil y es muy fácil caer del otro lado. y tarantino -lo sabemos desde inglourious bastards ya no está para sutilezas.

en ese sentido se me ocurrió que once upon a time... corresponde menos a la serie de experimentos tarantinescos que a otra serie, muy bonita a veces, pero muy difícil de realizar, que incluya por ejemplo a dazed and confused (linklater, 1994) boogie nights (paul thomas anderson, 1998), the last days of disco (stillman, 1998) o incluso tal vez fear and loathing in las vegas (gilliam, 1998) o hail caesar! (Joel y Ethan Coen, 2016). es decir, un homenaje a una época, una forma de vivir, y los personajes que esa época producía. homenaje de a ratos enamorado y de a ratos escéptico y desencantado, siempre fascinado, siempre decadente, aprovechando alguna historia más o menos veraz.

pero ese juego requiere un nivel de sofisticación que tarantino no tiene, porque es necesario sostener un discurso patético, si se quiere fitzgeraldeano. Once upone a time... tiene mucho de amor y nada de escepticismo. cierto, los protagonistas tienen algo de trashy (se enojan con los hippies, uno de ellos está acusado de femicida), pero el tono general les festeja todas las gracias (incluída la desagradable final con la pelirroja) y, al final del día, son grandes tipos premiados por serlo: uno que no se deja chupar la pija si sospecha que la otra es menor de edad, otro que en el fondo solo desea redimirse haciendo cine serio, etc.

luego, la parte más experimental del film tiene un problema gravísimo que es que ya lo hizo hace 10 años en inglourious bastards. era imposible sorprenderse, todas las escenas (con dos o tres bonitas salvedades como la escena en el rancherío de la familia o las que dicaprio coprotagoniza con la niñita) se adivinaban en cuanto comenzaban. y el final, bueno, el final se ve claro más o menos por la mitad de esta larga, larga cinta.

¿qué queda entonces? bueno, tarantino nunca prometió cine glamour. charlando con mi amiga andrea recuerdo argumentar: es lo mismo que godard pero con papas fritas y bacon. así que no hay problema con todo lo dicho anteriormente, en principio. el problema es que todo esto fue siempre una excusa. una excusa para ver a christopher walker contando una historia de un reloj, o a samuel jackson contando una historia que él mismo no comprende, o a harvey kittel diciendo "ves eso? eso es respeto", o a tim roth ensayando una historia de tensión para contarla en otro momento de tensión, o a buscemi gritando "¿am i the only fucking professional here?" o, incluso, por qué no, a brad pitt diciendo "yo me hago pasar por italiano, yo manejo bien el italiano" y luego diciendo "gorlaaami". el punto es: tarantino proveía diversión. en eso no le ganaba nadie. sus films eran minuto a minuto de entretenimiento, inundado de violencia puede ser, pero principalmente entretenimiento. Once upon a time... te entretiene con suerte durante diez a veinte de sus extensos ciento sesenta minutos. el resto son cien millones de dólares gastados en una reconstrucción faraónica y demencial de un artista mimado al que nadie sueña con decirle que no (nos reíamos pensando que es una peli sin extras: la pibita que se baja del auto a último momento es la hija de uma thurman, la que mira por la puerta en el rancherío es una de las jóvenes de euforia etc: todo el mundo quiere trabajar en tarantino aunque sea un papel olvidable en una peli olvidable).

la reconstrucción es admirable, eso sí. cien millones bien gastados, if you're into that




midsommar (2019) de Ari Aster, en el cc.

nos gustó y a mí me gustó mucho. probablemente más que hereditary.


diciembre, 2019



Alice Doesn't Live Here Anymore (Scorsese, 1974)

con la genia de ellen burstyn (luego señora en requiem for a dream) que de hecho ganó el oscar por este film. en los roles secundarios hay un jovencísimo harvey keitel. labura kris kristofferson y jodie foster interpreta a una niña problema muy divertida.

es un camino trillado el de la madre coraje contra el patriarcado capitalista tardío pero la verdad es que funciona bárbaro en esta cinta. la sensación es la de una historia paradójicamente predecible y sorprendente. hay un trabajo muy fino en los diálogos y en la forma de representar la cotidianeidad chata y gris que realza todo el dramatismo que la protagonista construye y lleva primero como en un doble fondo y luego cada tanto estallando. lo que se decía peliculón.


luego me fui a la mutual sentimiento a visitar a mi amigo bajtinovich, que estaba proyectando:




Pink Flamingos (John Waters, 1974)

en nuestro bello cineclub de fundidos comedores de sushi no le somos ajenos al cine de Waters. festejamos la sesión N° 100 con Cecil B. Demented (2000, gracias a que Albertina Carri la cita como una de las fuentes de Los rubios) y la 150 con Female Trouble, apenas dos años más nueva que el gran clásico de Divine, y con varios de los mismos actores.

qué decir que no sea lo mismo de siempre. es, al mismo tiempo, un film mitológico, brillante en algunas pinceladas y menos que mediocre en su realización. me divertí las dos horas sin parar. lo grotesco hoy parece juego de niños. entre las cosas que charlé con bajtinovich pensaba en eso: lo más chocante para mí fue la escena de sexo en la que claramente maltrataron unos pollos. ¿comer caca o hacer cantar el ano? cosas de todos los días en el grupo de whatsapp de papis de la escuela.

charlamos también de la forma en que los americanos (o, en fin, waters) reformulan a sade. pero son incapaces o indiferentes al dramatismo épico. ese dispositivo de enunciación fabuloso que es el pop les permite digerir a su modo toda la angustia y el resentimientos europeos y devolverlos en forma de un payaso que siempre se ríe primero de sí mismo. algo que, por ejemplo, pasolini no puede (tal vez no le interesa) hacer en Saló.

y creo que en esa parodia sulfúrica de las instituciones (en flamingos: el matrimonio y la familia pero también la promesa americana del capitalismo feliz con el vendedor sonriente de blanco con su maleta llena de promesas), al eliminarse, olvidarse o irse desvaneciendo el elemento grotesco, queda un resto, una diferencia, una mancha, pegada para siempre a las instituciones más allá del grotesco. dicho pronto y mal: el buen gusto es un chiste, Waters solo lo recuerda de una manera urgente.

finalmente en el CC vimos





The last black man in San Francisco (Joe Talbot, 2019)

una historia sencilla, todo muy sundance, una fotografía que te deja mudo. recomendable





Rocco e i suoi fratelli (Luchino Visconti, 1960)

Rímini, el protagonista de El pasado, la novela de Alan Pauls, no puede ver este film sin llorar en la escena del puente. así, me decidí a verla un viernes a la noche. en la escena mencionada, un delicioso Alain Delon le dice a su amada que vuelva con su hermano (el de Delon), no a pesar de que le dio una paliza (a Delon) y la violó (a su amada) enfrente suyo (de Delon) sino justamente por eso (nadie que no esté desesperado de amor haría algo así, dice). en fin.

una de esas historias de miseria en capítulos. los hermanos pobres pero honrados que dejan la sencillez provincial para buscar un futuro en la gran ciudad (matizado con los odios regionalistas de italia: son bárbaros del sur que tratan de abrirse paso en la gran ciudad norteña). talentos, vicios, incomprensiones, injusticias, esas cosas. se hace larga sin llegar a aburrir. alain delon actúa muy bien, y evidentemente manejaba muy bien el italiano. tal vez aún lo maneja, ya que me entero que está vivo y queriendo cumplir cien años. la coprotagonista también, linda y talentosa, Annie Girardot. bueno, son todos lindos, un poco ridículo este mundo de adonis y venuses que es a veces el audiovisual italiano.






Nosilatiaj. La belleza (Daniela Seggiaro, 2012)

Andrea la presentó asociándola a Martel y yo no pude desde el principio dejar de sentirla más bien una prima de Lisandro Alonso.

una historia que atraviesa los conflictos sociales y económicos en los ensambles familiares de un oikos salteño. la contradictoria -o menos que eso- relación con esa figura que a veces se conoce como "la criada", cuando la palabra toma un tremendo matiz literal. breve y muy bellamente filmada. De hecho la recomendaría y de hecho casi unánimemente todo el CC le puso 8 (yo le puse 7,50).


enero, 2020




The Straight Story (lynch, 1999)

al podio de las grandes del lynch. los actores son buenísimos. no puedo no contarlo: mi hermano lleva unos meses de viaje y aún viajará muchos meses más, lo cual puede explicar parte de mi copioso llanto.




The Meyerowitz Stories (New and Selected) (Noah Baumbach)

parece que no podemos parar de ver films de este señor (2013: Frances Ha, 2014: While We're Young, 2015: Mistress America, 2019: Marriage Story)

y como con mi favorita, mistress américa, no pude parar de sentir todo el tiempo una serie de homenajes al gran cine de los 70 de woody allen. así que googleé meyerowitz+allen y rápidamente encontré una quote que resumía lo que yo sentía: el cine de baumbach es más woodyallenesco que cualquier cosa que haya filmado woody allen en los últimos 10 años (yo diría 20 a 25).

bella peli. sandler es tan bueno como siempre, mal que le pese al vulgo. la revelación es stiller que hace un escenón.


Raging Bull (Scorsese, 1980).

bueno, es un gran laburo y al lado de gatica el mono es... bueno en fin.

desde que vi la enormísima alice doesn't live here anymore (1974) empecé a notar dos cosas

una: el cine de scorsese puede ser un cine sobre la masculinidad, pero la mirada es femenina. por lo menos de a ratos.

dos: lo resumo así, el cine de scorsese no es ni una elegía ni una crítica a la masculinidad, es un museo. ahora, viejo y patético yo mismo, puedo ver que todos los muchachos de estos films son pequeños, inseguros, aterrados, frágiles, miserables. es desde esa pequeña miseria que los compone que logran algún tipo de heroísmo. es a pesar de sí mismos (de sus prejuicios, de su misoginia, de su terror y temblor, digamos) que logran producir breves empatías. pienso en la escena final de pesci en casino por ejemplo. lo que sentí de jovencito viendo esa escena, es para pensarlo. es para pensar qué hace scorsese ahí.


febrero, 2020


mi amigo emiliano vió Terminator. Dark fate (2019) de Tim Miller. y escribió esta reseña que me dio muchas ganas de verla:

Con la vuelta de James Cameron en la producción, estamos ante una cinta que decide continuar la historia exactamente donde terminaba la segunda parte, desconociendo las otras tres continuaciones, todas ellas flojas más allá de algún acierto aislado.
Debo decir que fui al cine con un muy bajo nivel de expectativa y me terminé encontrando con una muy buena película de acción, con una trama de buen ritmo, dosis muy bien colocadas de humor, personajes con peso propio, buenos climas y una posición política más que piola. Siempre con el fondo clásico de ciencia ficción de la saga.
Desde ya buena parte de la película se la lleva Linda Hamilton, quien vuelve al mítico personaje de Sarah Connor en un momento de auge del feminismo a nivel mundial. Si en la última Halloween con la vuelta de Jamie Lee Curtis encontrábamos una adaptación facilista a lo políticamente correcto, en este caso estamos ante una lectura inteligente a la que se le suma la reivindicación de los migrantes forzados, la denuncia de las políticas racistas de Trump y sobre todo la puesta en escena de una comunidad heroica en la que ya no hay un John Connor, sino una heroína líder que es una mestiza mexicana. Como frutilla del postre, más allá de los forzamientos argumentales que son por delirantes, el personaje de Arnold aparece ya no como centro, sino como un acompañante de la cruzada contra el apocalipsis. Parece chiste pero no lo es, Schwarzenegger retoma su "humanidad" de la segunda parte pero ya no es el macho alfa, sino que cambia pañales y lava los platos. Y por supuesto que tendrá sus grandes momentos, su cosa sacrificial y emotiva que no puede faltar. Aunque con menos protagonismo, hay que decir que también la rompe, es enorme lo que hace.

En fin, vale la pena.

luego de verla, mi opinión: es curioso. en general se me hizo mala, con personajes no muy bien caracterizados o desarrollados. particularmente sarah connor es más un compilado de respuestas escritas en automático que otra cosa. como un personaje de una serie, que solo reacciona según protocolo.

y sin embargo, emi, releo tu resumen y estoy de acuerdo en casi todo. me pregunto qué injerencia habrá tenido arnold (a quien ya no podemos leer simplemente como un actor/productor) sobre esas líneas políticas que advertís y que son innegables. 

me gusta mucho esta onda de cagarse en todas las secuelas. bien hecho. otra cosa. a pesar de ser un personaje secundario, un acompañamiento con insidiosas fases de puro fan service, la verdad es que lo mejor del film es la historia del t-1000. posiblemente porque es el único momento en que dejan clarooscuros en suspenso. ejemplo. de manera innecesaria la humana enhanced cuenta (y la cámara muestra con detalles) su aburrida origin story. en contraste, la escena de arnold acariciando un perro (!) nos deja llenxs de preguntas. nos deja completar, nos impele. eso es lo que hacen los buenos escritores. Aunque ya me imagino a la horda considerando que la escena es un error o algo así.



Jojo Rabbit (Taika Waititi, 2019)

en el mismo viaje que terminator. esta me gustó. muy divertida. de a ratos tonta. o mejor, no queda claro si se están burlando de un tema o si se están burlando de cómo los americanos imaginan la historia. así por ejemplo, los jóvenes protonazis le hacen bullying a jojo como en la prepa cualquier día, (nos dice la tele).

a esta altura sorprenderse de que rockwell o johanson actúan bien sería de despistado. lejos el mejor momento de la peli se lo lleva drag-rockwell. rebel wilson hace lo mismo de siempre pero en el tono grotesco de este film queda muy bien.

el gordito me mató. y el momento meta (parece que no me puedo morir) me sacó una carcajada.

y también en el mismo viaje vi


Celle que vous croyez (aka: Clara y Claire) dirigida por Safy Nebbou con Juliette Binoche

una profe divorciada se pone a stalkear hasta que la cosa se pone picante. la peli es bonita, la segunda parte parece que va a ser una cagada por la premisa pero de repente es mejor que la primera. para los fetichistas de la Binoche supongo que será una imprescindible.

mientras, en el cineclub, vimos otra francesita:


zombi child (Bertrand Bonello, 2019)

la metáfora zombi vuelve a sus raíces articulando la cuestión clasista y racista desde una mirada contemporánea europea y culposa. supongo que la peli está bien a pesar de no ser una gran idea. sencillamente está bien actuada y fotografiada.




Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950)

una de esas cintas en que hollywood habla sobre sí mismo sin alegorías. la nostalgia de los años dorados y las miserias de un presente sin glamour, decadente. coquetea con el noir y con esos policiales que no tienen detective. con un lindo componente de referencias en abismo (lo que los americanos llaman awareness o modernizado, meta), incluyendo apariciones brevísimas de personajes de la farándula o actores-estrella de los años '20 y '30 incluyendo a Cecil B. DeMille y Buster Keaton. esta autoconciencia en general mantiene un tono ácido y desangelado.

esto es: lo contrario al último esperpento de tarantino. en el tono y en la forma (porque esta, además, tiene un argumento, en sus veloces 110 minutos).




La Passion de Jeanne d'Arc ( Carl Theodor Dreyer, 1928)

el juicio y la ejecución de juana en manos de la inquisición en normandía.

un cartelón nos avisa al comienzo que el film sufrió la censura religioso-nacionalista y que las versiones conocidas fueron reediciones clandestinas durante muchos años pues las dos copias originales existentes habían sido incineradas. al parecer en los años '80 apareció una copia íntegra, pre-censura, en una institución mental de noruega (!). de no creer.

la versión que vi estaba acompañada de la excepcional "Voices of light" compuesta por Richard Einhorn en 1994. en su momento, hace casi 100 años, hubo debates sobre la musicalización. hubo quienes defendían la importancia del silencio en un film que mistificaba las voces del silencio.

se menciona mucho la performance de la protagonista, Falconetti, que Dreyer sacó del teatro. para mí es... demasiado. sí me sorprendió y me emocionó el laburo de Antonin Artaud, que se me hizo muy parecido a Christian Slater haciendo de Adso de Melk en El nombre de la rosa (Jean-Jacques Annaud, 1980)


y en el cineclub vimos:



Slacker (Linklater, 1991)

faltaban dos años para la icónica Dazed and confused y cuatro para su superclásico Before Sunrise. sin embargo, slacker se parece más a una de mis favoritas de Linklater: Waking Life, que filmaría unos diez años después. una peli transversal (como la novela Historia Transversal De Floreal Menendez de Leo Masliah), esto es, que conecta breves fragmentos de historias sin comienzo ni final. a veces esas historias incluyen movimiento, otras veces es apenas un diálogo, o un soliloquio, o un fragmento de diálogo. hay algo de homenaje a la vagancia proto-grunge (pero en eso es insuperable Clerks, de Kevin Smith). wikipedia habla de under-30 bohemians and misfits en Austin, Texas. habría que conectar entonces con David Foster Wallace, cosa sencilla dada la multiplicación de conspiranoicos venidos a menos por la angustia de vivir en la imaginería autista de un país que imagina haber nacido de una chaucha y por mérito propio.

tanto la peli de dreyer como en la de linklater me agarraron demasiado cansado, son buenas ambas pero requieren un poco de concentración.




Tales from Earthsea (Cuentos de Terramar, o ゲド戦記, esto es, Las crónicas de guerra de Ged, que imagino que significa gavilán en japonés). dirigida por Gorō Miyazaki en 2006, justo después del castillo ese.

flojita de papeles, la consideremos o no infantil. lineal, sencilla, directa. le falta lo que define a la aventura: el desvío, la pérdida del camino recto, que es lo que garantiza la diversidad. está basada en las novelas de LeGuin, donde supongo que el parricidio que abre el film tendrá un poco más de sentido. efectos del achatamiento propio de la transposición de formato.

me interesa, sin embargo, la relación con la vida y con la muerte. fuerte, directa, grotesca: sana. la comparación inmediata es el mainstream occidental. Coco, por ejemplo, formalmente impecable (la aventura ahí cumple con prolijidad los protocolos descriptos por campbell), pero ideológicamente conservadora. la vida en esas representaciones aparece extendida, la trascendencia ocupa el lugar del bien, que en Terramar está ubicada en una apología a la finitud. y por el contrario, quien se aferra a la trascendencia es el villano en la animación japonesa.

desde luego eso implica una experiencia más incómoda, más dramática, para la bendi. ¿pero no es eso justamente lo que busca alguien que pretende construir un contexto de desarrollo articulado sobre el ateísmo y sobre una ética materialista? ¿por qué la experiencia cinéfila habría de ser, para lx niñx, pacífica, masticada, predigerida? ¿qué relación con el cine y con la narrativa se quiere transmitir, en todo caso?

preguntitas que me surgían mientras la bendi sufría, qué se yo.


marzo, 2020

arranqué con la tanda dc y me comí este fiasco


Batman: Return of the Caped Crusaders, dirigida por Rick Morales para la Warner en 2016

está basada en la serie de los '60, con las voces de algunos personajes grabadas por los originales (i.e. adam west). todo el tiempo pensé que iba a haber alguna vuelta de tuerca demente que justificara esta pesadilla cringy. no la hay, más allá de algunas escenas de autoconciencia bastante divertidas.

no se lo recomendaría a nadie, no entiendo para quién se produjo (como no sea para algún nostálgico niño de 60 o 65 añitos), y no pienso ver la secuela Batman vs. Two-Face, también dirigida por Morales, en 2017.



Batman and Harley Quinn, dirigida por Sam Liu en 2017.

encantadora y una favorita inmediata. sobre el ritmo de promiscuidad explícita y alivio cómico permanente de HQ, las notas de represión y patetismo del viejo batman suenan de maravilla.

eso y un
bar queer
donde
se juntan
los
henchmen
:o



Batman: Gotham by Gaslight. Digirida por Sam Liu en 2018

Bastante pelotuda con detalles lindos.


Suicide Squad. Hell to pay. Dirigida por Sam Liu en 2018


muy inferior a Batman: Assault on Arkham, de la que la wiki dice que no es una peli de suicide squad porque está basada en la saga de videojuegos Batman: arkham. ridículo. en todo caso, inconfesa secuela de aquella, esta vez con más pasos de comedia y simpáticos episodios de road movie. lo mejor sigue siendo Harley Quinn (y empiezo a entender porque los centennials la quieren tanto). no sé quién la dibuja pero entendió todo.



Batman Ninja. Dirigida por Junpei Mizusaki en 2018

un confuso cocoliche que no entretiene más allá de algún guiño. el guión parece el de una obra de títeres de cumpleañitos de 6 años. la animación es espectacular. tan buena que deja esta peli mas o menos por el medio de la lista de pelis animadas de dc. la sub historia del joker campesino medieval es lo mejor. debe haber un director invitado o algo así. la recortaría y la exhibiría autónomamente.






The Death of Superman. Dirigida por Sam Liu en 2018

o sea, no está mal, pero es una historia que ya vi y leí tantas veces que es difícil destacarse.




Reign of the Supermen. Dirigida por Sam Liu en 2019.

secuela de la anterior. me resultó interesante porque nunca la había leído, lo cual ya es un indicador.

y es que yo soy lo suficientemente viejo como para recordar el día que en la casa de unos amigos de mis padres, a quienes nunca vi con un comic o hablando de un comic, apareció el librito con la muerte de superman. esto fue a mediados de los noventa, y así recuerdo el alcance de esta historia. en mi rango socioeconómico nadie compraba comics, era como un lujo medio ridículo. y menos aún los adultos. pero esa saga cumplió su cometido, una revitalización, supongo que seguida de una nueva caída.

de hecho yo recordaba que muerto superman aparecían otros cuatro, en mi recuerdo de infancia era: el pibe, el robot, el negro y el normal. habría que ver si estaba equivocado o bien sintonizado. en todo caso jamás me interesé por saber quiénes eran y qué sucedía con ellos. hay algo con superman que infantiliza a los escritores. no sé si tiene que ver con sus características individuales, con su relación con la cultura americana, o si ambas cosas son lo mismo. lo que sé es que luthor, con el tremendo potencial que tiene, se vuelve un arquetipo unidimensional en las películas.

otra cosa que me incomoda un poco es lo que hacen con los cuerpos los animadores de justice league y superman. los hombres son grotescas gárgolas punteagudas y anatómicamente un misterio. las mujeres llevadas a un punto de relación busto cadera cintura que excede las fantasías más salvajes del CGI de hollywood con sus actrices taquilleras. la impresión es que si quisiéramos explicar didácticamente qué es el género y cómo se diferencia de sexo y de sexualidad, estos cuerpos funcionan como perfecta hipérbole de la percepción de la masculinidad y feminidad de un público infantil. o de lo que la industria imagina que es la percepción de un público infantil, o de lo que la industria moldea como percepción etc. o todo junto, bueno, todo junto, sí.


jajaja, "el negro", qué hijo de puta.





Justice League vs. the Fatal Five dirigida por Sam Liu en 2019

ya me la olvidé.




Batman: Hush dirigida por Justin Copeland en 2019

alguna sorpresa, alguna vuelta de tuerca. a los que les importen los plot twist supongo que les gustaría.

están todos alzados. al menos batman la pone.




Wonder Woman: Bloodlines. Dirigida por Sam Liu en 2019

está bueno que sea todo peli de minas. el personaje varón es un estorbo, un idiota inútil. de hecho la heterosexualidad de diana es un fastidio narrativo, pero que encima pueda calentarse por semejante palomo, en fin. alguna cosa divertida con lo mitológico... poco más. olvidable, como toda esta tanda de films exceptuando batman and harley quinn.


abril, 2020



project nim, un documental de hbo

en los setenta un docente inescrupuloso de columbia consigue fondos para meter un mono en una familia humana. con la excusa de una hipótesis lingüística le enferman la cabeza al pobre bicho mientras el verdadero objetivo se lleva a cabo en su maligna banalidad. garcharse unas alumnas en una quinta preciosa boludiando con un monito mientras todo el mundo fuma faso. el mono también.

en general aburrida, con especulaciones berretas de personas berretas.  la ultima parte engancha por lo dramático. el pobre mono la pasa cada vez peor cuando la investigación no va a ningún lado y se acaban los fondos.



Woman on the Run (Norman Foster, 1950)

sencilla, efectiva y efectista. corta y al pie, entretenimiento de calidad para la familia. a Ann Sheridan no le cabe una: ni los ratis ni los periodistas ni nadie. En el capítulo de "caras de Hollywood que se repiten", Dennis O'Keefe es una versión primitiva de Sam Neill.

creo que vi esta peli en el marco del bazofi.




Tóxico (2020 guionada y dirigida por Ariel Martínez Herrera)

una pandemia de insomnio, una pareja de desequilibrados de esos que pasan desapercibidos en el capitalismo, y el desastre pampeano. creí que sería un robo a García Márquez, pero finalmente lo llevaron para otro lado, y sinceramente creo que me gustó más porque esperaba menos. eso me pasa por leer de qué se trata.

en todo caso, más allá de algunos detalles raros en el guión y algunas secuencias medio improlijas, la peli resuelve lo que propone. alguien se luce mucho componiendo escenas melancólicas de un fin del mundo plano, bucólico. me remitió a Parabellum y a Una hermana (pero esas dos son muy, muy buenas películas)

mayo, 2020



Flora no es un canto a la vida (Iair Said, 2018)

en el juego de las autoficciones, Said narra los años en que se reencuentra con una tía abuela, documentando el proceso de su último deterioro. escenas de la soledad, vital y mental, del abatimiento, de la desolación, transfigurados en una maldad aplacada, casi ni soez. el escepticismo semi paisano semi porteño de la vieja, que no se sabe si boicoteó la relación con su familia, o consigo misma. la inteligencia de esta película consta en una tachadura grotesca. el punto de vista se tiñe a sí mismo de especulación interesada, de glotonería parasitaria. así se desbarata la sospecha (el enemigo de todo documental): el documentalista es un mínimo cretino. ¿quién mentiría para pintarse con ese color?

y sin embargo un poco sí, y un poco también y finalmente el juego funciona y se sale con la suya, el granito de maldad se diluye en imágenes y gestos, mudos pero sonoros, y el signo se invierte.




Little Women (2019, Greta Gerwig)

emocionante, inteligente, un poco hinchapelotas. Gerwig es muy crack y se armó el PSG de actrices indie-mainstream. 


Familia (2019, Edgardo Castro)

alguien que defendía esta peli dijo "está bien, es un retrato familiar". es verdad, así hay que proponerla, para no crear falsas expectativas, en esa dimensión cumple. Castro actúa de Castro, que va a la casa de sus viejos, interpretados por sus viejos, a pasar la navidad en familia, interpretada por la familia. no pasa nada y después se termina.

¿por qué, entonces, es hipnótica la película? todavía me lo pregunto. discutíamos con la citada más arriba: a mí me dio la impresión que a la más leve difracción cultural (si no fuera guido kazka, si no le dijeran nesquik a la leche, si los muertos no se parecieran a mis muertos) esta película sería inmirable. me plantearon lo contrario: el film juega sobre universales (la familia como estructura de identificación y de escape). No sé.

junio, 2020




tape, estrenada en 2001, dirigida por linklater.

a lo largo del film tuve la sensación de que era una obra de teatro, luego googleamos y confirmamos que lo es. cuánto sea mérito del escritor de esa obra y del guionista y cuánto queda para linklater y sus sospechosos de siempre (hawke, thurman, y wilson de dr. house) no lo sé.

en el tan esperado confrontamiento, no podía evitar pensar en las palabras de la Despentes, y cómo se plantea la fórmula opresiva según la cual la violada debe permanecer violada y aferrarse a ese estigma como marca de identidad constitutiva en forma de falta, de rotura, de hueco.

por supuesto, hay una lectura posible que se asienta en la ambigüedad: es posible que haya un debate interpretativo. pero más allá de eso, el varón progresista se pone violento solamente cuando no le aceptan la disculpa, cuando no le permiten sostener su escena original identitaria. wilson necesita que esa violación haya ocurrido para poder definirse en torno (aunque sea en contra) de ella. así pues, uma thurman le bloquea esa fórmula y logra más de lo que hawke había pretendido conseguir, en torno a hipocresías. muy recomendable.




volví a ver all that jazz (Bob Fosse, 1979), después de veinticinco años. una película perfecta.

hasta los recursos mersas (el remix del stand up, los crescendo que estaban tan de moda en la música de esa época estilo jesucristo superstar o tommy) funcionan en una medida equilibrada y graciosa. una durísima belleza

inmediatamente después vimos chicago (Rob Marshall, 2002). una porquería, nunca la vean.


con el cineclub vimos Byôsoku go Senchimêtoru (秒速5センチメートル) dirigida por Makoto Shinkai en 2007.

una animación espléndida y un guion pobre que a fuerza de sensiblería intenta meter drama en cuerpos infantiles. mejor verla en mudo y escuchando daft punk. 


luego vimos Das letzte Schweigen, traducida como The silence dirigida por Bo Odar (el director de la serie Dark) en 2010.

es pésima de principio a fin. algunas de las temáticas de Dark ya están ahí: le niñe desaparecide, los secretos que esconde un pueblo, etc. el monstruo degenerado que acecha es un ideologema de derecha y me tiene las pelotas llenas. defiendo la importancia de imaginar el mal porque imaginar es pensar. pero entre esto y hacer que el malo siempre sea puertoriqueño no hay diferencia.

igual la peli es mala por sus formas y ejecuciones, no por su ideología.

después vi una preciosa: L'illusioniste



dirigida en 2010 por Sylvain Chomet que es el mismo que hizo las trillizas de belleville

en la onda estética de la de las trillizas, mis amigos dijeron algo de la sobreestilización de los cuerpos. a mí esta forma de dibujar me remite a una especie de imaginación infantil traducida desde un punto de vista adulto, si es que esto tiene sentido. una bonita historia sobre un autista y una pobre infeliz que se ayudan un poco a vivir mientras el mundo es un dolor de espantos. al parecer está basada en un guión escrito y no dirigido por Tatí. y es también un homenaje a Tatí. no sé quién es Tatí, suerte para mí.

las semanas anteriores vi dos peliculones brillantes: Amanece que no es poco (1989) del español Cuerda y The Crowd (1928) de King Vidor


 jabberwocky. la primera de gilliam después de los MP, en 1977

así sin leer ni saber nada del contexto, me pareció entretenida e irregular. la sensación de que gilliam podría y tal vez quería hacer un film de aventuras absurdo pero que tal vez se sintió obligado a hacer comedia, en un sentido más tradicional. con gags y el coso. y por eso llenó su film con chistes y con personajes que en realidad no son más que chistes con patas. el trabajo de ¿medievalismo? me pareció infernal y precioso.






Les Demoiselles de Rochefort (Jacques Demy, 1967) y Les parapluies de Cherbourg (Jacques Demy, 1964)

dirigidas por el mismo muñeco y coprotagonizadas por la Deneuve. musicales en el sentido más ortodoxo, las letras son diegéticas y por fuera de la canción no hay nada, o casi. completamente distintas en más de un sentido, la más antigua ni atina a poner a bailar a sus chicas, apenas podríamos hablar de coreografía en el sentido de que los cuerpos se mueven acorde a una composición (como cualquier film, quiero decir). las canciones menos pretenciosas, baladas y secuencias melódicas en las que les intérpretes traducen sus sentimientos con bastante pasión. Deneuve actúa y actúa bien.

en la más nueva, el recurso ostentoso y orquestal que -en mi ignorancia- no suma nada más que extravagancia banal y bochornosa al ya banal y bochornoso guion, con muchos vientos que estrellan el pobre barco que viene flojito de papeles. bailan, y mucho, y muy mal. cada tanto aparece y salva la escena gene kelly, que se habrá sumado una linda bolsa porque otra explicación no hay. Deneuve intenta actuar, y lo único que hace peor que actuar y cantar, es bailar, que francamente, parece joda.

en fin, les paraplues, si se acepta el género, es muy bonita. les demoiselles es inmirable. el debate en el cineclub como siempre prendido fuego pero yo me quedo en mis quince. canon o no canon, es una porquería.


en el cc vimos una brasilera nuevita que le fue bien en cannes. la vida invisible de eurídice gusmão (Karim Aïnouz, 2019). aburrida y cursi.

vi la primera parte de la hora de los hornos todavía mejor no opino.

estamos viendo la tercera temporada de Dark. malarda [en julio finalmente escribí esto]


julio, 2020


La hora de los hornos (Octavio Getino y Pino Solanas, 1968 -estrenada oficialmente en el 73)




el film es un documento extraordinario de la contradictoria amalgama de lucidez e inocencia de la intelectualidad de izquierda en la argentina de la resistencia peronista. hoy, cincuenta años después, luego de la dictadura, el terrorismo, la derrota, y las décadas de sumisión, el problema de la violencia y la acción política ya no podría ser encarado de una manera tan cándida. en algún momento de la película, los relatores proponen que el imperialismo ha aprendido más de cuba y vietnam que los revolucionarios. todavía no sabían solanas y getino cuán dramáticamente cierta se iba a revelar esta intuición. 

el proyecto incluye juegos experimentales o neovanguardistas. pausas pensadas para la intervención del público, o para la actualización del material en pleno acto. es decir, un planteo anti-autonomista en el sentido tradicional que las vanguardias históricas postularon en en europa en el primer cuarto de siglo.

por otro lado, en su convocatoria, es mucho más pobre que la gran epopeya de leonardo favio. pero solanas y getino no contaban con la archivística ampliada de los noventa, y desconocían la magnitud del horror que se cernía sobre la militancia. el mérito del film es fuente de sus propias limitaciones: la clandestinidad.

PD: 20 de diciembre de 1968: Walsh invita a Renzi a ver esta película pero no lo logran. lo harán el 6 de enero de 1969 y Renzi anotará en sus diarios "En la segunda parte la arbitrariedad ideológica se convierte en el error estético. Solanas ha inventado el peronismo de izquierda".



CC#235: Marc, la sucia rata (Leonardo Fabio Calderón, 2003)

basada en la novela de josé sbarra. la filmación es rústica pero correcta (quiero decir, se escucha bien, etc). hay algo muy incómodo que no puedo distinguir si surge del amateurismo de algunos actores o si es un estilo de dirección. sin haber leído la novela, puedo decir que el guion es muy bueno, las desventuras de una especie de diógenes/tanguito y su relación de odio y amor con un rati omnipresente que lo acosa. el film arranca muy arriba y pierde intensidad gradualmente.




NHK ni Yōkoso! - o N・H・Kにようこそ! (Yūsuke Yamamoto, 2006)

un animé bien de los dos mil. veinticuatro episodios de veinte minutos con un opening irresistible. basada en un manga que, a su vez, está basado en una novela de Tatsuhiko Takimoto, cuenta la historia de un hikikomori (un hermitaño, básicamente, en lenguaje nipón millenial) que se niega a considerarse un NEET (o sea, alguien que ni estudia ni trabaja). la vida le pone enfrente algunos desafíos y algo de amor/calentura juvenil que en realidad son lo que menos interesa. al margen, un recorrido de la paranoia moderna asociada al fin de la experiencia de vida de la generación X y el comienzo de la inseguridad millenial. Yamamoto lo cifra en clave paranoica, los americanos lo hubieran situado en el espectro del autismo y la neuroatipicidad, no importa realmente, porque de lo que se trata es de la experiencia desfasada del nuevo milenio, sin identificaciones nacionales ni comerciales a la vista: una experiencia del vacío (o una no experiencia) que se traduce en un alejamiento creciente de la potencia de lo intersubjetivo. tal vez solo sean nuevas formas de la soledad. en todo caso me parece una lectura muy temprana de un fenómeno hoy tan común que todos conocen el meme de los dos perritos.







Everything's Gonna Be Okay (Josh Thomas, 2020 -temporada 1)

con suerte, creo, aparece una serie buena cada cinco años. y que a sus 34 años josh thomas haya hecho dos (es el creador de Please Like Me, emitida entre el 2013 y el 2016) me parece absolutamente extraordinario y digno de observación. la "fórmula" se repite, como sucedía con Lena Dunham (que también es lo mismo que hacía Woody Allen y, se me ocurre, tal vez ¿Groucho Marx?): una serie de personajes sensibles e inteligentes que aprecian la sensibilidad y la inteligencia y que encaran con humor la tragedia de la banalidad de vivir y de morir. y con lx protagonistx creado y actuado por el director-escritor-dueño del circo. quiero decir que parecen mundos pensados para girar al rededor de un personaje que se parece siempre muchísimo a sus autores, y acaso una -la mejor- excusa para poner a humanes lindos hasta la bronca a enamorarse de esos no tan lindos pero muy brillantes creadores.

bueno lena es linda, pero no es esbelta y eso, en la versión americana del fascismo patriarcal, es muy parecido en todos sus efectos.

aunque la espiral vuelve una y otra vez sobre el personaje de thomas, la economía narrativa de esta serie funciona deslizándose hacia otros personajes y en particular hacia la hermana autista cuya misión (la de de experimentar el horror de la adolescencia más allá de su condición) por momentos se transforma en el centro y en lo mejor de la historia.

por cierto, en su momento creo que no lo escribí pero algo que noté con please, like me es que dos varones teniendo sexo bajo la la pudorosa cobertura de una elipsis es algo a lo que el cine americano nos acostumbró hace tiempo. pero cuán extremadamente raro, en el sentido de infrecuente -y que triste que así sea- que se siente la representación de josh thomas de la sexualidad masculina en forma de dos varones en calzones besándose larga, pacientemente. y siendo cariñosos, atentos, íntimos. me cuesta muchísimo pensar en otros ejemplos así. por lo menos en la industria cultural mainstream.



CC#236: Vozvraschenie (Возвращение) (Andréi Zviáguintsev, 2003)

un padre aparece después de doce años y se lleva a sus hijos a pescar. los niños, recelosos, se enfrentan a un hosco extraño con intenciones desconocidas. un laburo infernal de luces y colores sobre la desolada naturaleza rusa. tarkovskiana (es decir, preciosa y pretenciosa).




Electrick Children (Rebecca Thomas, 2012)

¿is this mumblecore? una gurisa mormona dice que quedó embarazada del espíritu santo y la comunidad responde con escepticismo científico. una road movie / coming out of age en una decadente Las Vegas aplastada de neón y colores pasteles. linda y entretenida.



Silvia Prieto (Martín Rejtman, 1999)

con la Bléfari, Vicentico, la Bertucelli y la Busnelli. y otres que no reconocí.

según Gonzalo Aguilar, Rejtman y Silvia Prieto constituyen piedras fundamentales del NCA. puede ser. me pareció que tenía un tono muy cercano al de Sábado (Villegas, 2002). la primera escena es dolorosa  (quiero decir que duele un poco verla) y, de nuevo, me asalta la incertidumbre. es difícil saber si tiene que ver con los actores o con el estilo de dirección. mi amiga andrea insiste en que es el registro NCA y que hay que ablandar la oreja. puede ser, y es cierto que a la media hora la actuación del joven que hace de ex-marido de la bléfari dejó de chocarme tanto, tal vez sea un registro extrañado.

en todo caso, al contrario que con Marc, la sucia rata creo que en este caso un buen guion y un buen director con un buen uso de recursos (a mí los narradores me parecen fabulosos, lo siento) se terminan imponiendo a cierto problema de actuación o de casting y el resultado es una peli redondita. gente rota, o dañada como dicen los americanos, tratando de poner un sentido a sus pequeñas batallas. un sentido poético, digamos, que conecta y relaciona distintas pequeñas pasiones: los celos, ser un sucio, la poesía, la explotación laboral.

busnelli es muy cra. es nuestra "actriz de caracter margo martindale" como dicen en bojack.





la uvita fiesta de la furia (john ford, 1940)

basada en la novela homónima de steimbeck. dijo mi amigo sergio: el lado B del new deal.

dramática, tal vez ingenua para los parámetros modernos. un final muy sonso que, me informó andrea, está endulzado respecto del de la novela

agosto, 2020




1985 (Yan Ten, 2018)

preciosa peli trajeron ayer al CC. para llorar un ratito.

un joven vuelve para las fiestas a texas, al universo familiar de amor y odio del que huyó, en medio de una pandemia aterradora que tiene la particularidad de subrayar la injusticia clasista, racista y homofóbica del sistema. lo que más me gustó fue la forma en que se trabaja el tema del closet, no como un secreto bochornoso cuyo contenido ignora el gran Otro, sino como un secreto que es secreto porque el juego de visibilidades e invisibilidades obliga a ignorar un elefante en la habitación, aún cuando esté matando por asfixia a todos los ocupantes de la casa.

también estos días volví a ver Mulholland Drive, la brillante obra que lynch estrenó hace ya veinte años. quedé tan cebado que me pasé dos horas más viendo material extra del dvd.

--o--

pedí a amigos y conocidos que me dijeran qué peli de almodovar ver si fuera a ver solo una. me recomendaron siete diferentes, terminé viendo Átame! de 1990. tiene escenas muy divertidas y muy inteligentes, cierto desparpajo y cierta plasticidad para mostrar cuerpos y formas. tomada entera me pareció bastante irregular.

por lo demás, hoy filmás eso y te linchan. y con razón diría yo.

--o--

¿Qué hecho yo para merecer esto? dirigida por Almodóvar en 1984. se ve que mucho del valor de este director en esta época tuvo que ver con el destape y con la posibilidad y el placer de mostrar inciertos cuerpos en inciertas disposiciones. el deseo circulando por circuitos sin glamour, construyendo una especie de jerarquía distinta de las bellezas. la pregunta que me queda (porque ya no creo que vaya a mirar muchas más) es qué tan femenino es el cine de almodóvar. quiero decir, si efectivamente se logra algo así como una mirada femenina. supongo que nunca lo sabré.

en general entretenidas e irregularmente graciosas. Qué he hecho yo... me pareció más amplia y efectiva que Átame! quitando el envejecimiento político. tendría que revisar algunas de las de los noventa o los dos mil pero ya me empieza a dar mucha flojera.

en cambio, vi Total, dirigida en 1983 por José Luis Cuerda. es la primera parte de una trilogía cuya segunda parte, amanece que no es poco, vi hace un par de meses y me pareció estupenda.

total es una peli para televisión de apenas 50 minutos. es el mismo estilo de múltiples historias en una ambigua europa que se ve reducida a las ruinas de un pueblo rural milenario ibérico. creo que algunas cosas (sobre todo los narradores hablándole al público) son un poco ruidosas en su evidente deseo pedagógico (¿televisivo?). en fin, que está mucho mejor resuelto todo en amanece que no es poco. por suerte me queda la tercera parte aún por ver, así en el cielo como en la tierra del 95, y esta sí, espero hacerlo pronto.

/edit de agosto de 2021: nunca vi la tercera parte.


Seven Psychopaths (2012, Martin McDonagh)

buena peli. divertida y autoconciente. con el cast que uno quiere ver en un film así, ni más ni menos. rockwell me encanta. tiene un solo truquito pero me encanta




este año vi dos buenas series escritas y protagonizadas por una joven negra.


I may destroy you (Michaela Coel, 2020) una prima británica de euphoria, trata sobre las complejidades y desafíos conceptuales y éticos de la cultura woke. todas esas paradojas de séptimo grado que solemos oír contra el feminismo y el activimo lgtbq son una pavada comparadas con los difíciles dilemas que presenta (desde adentro) este discurso. no puedo decir que la disfruté. sus protagonistas son jóvenes con vida social. tres cosas (personas, actividades y lugares) que me resultan profundamente chocantes. pero sí disfruté los desafíos intelectuales que propone.


insecure (2016 - ?, creada por Rae y Larry Wilmore a partir de la serie web de Issa Rae) mucho más adulta y, de hecho, millennial (la británica es centennial, aunque diga lo contrario) pues plantea problemáticas específicas de la generación que no accede a los pocos privilegios que le quedaban a la clase trabajadora hasta la generación X: seguro social, trabajo en blanco, acceso a créditos para comprar una vivienda, etc. menos cultura del reviente y más nostalgia y defensa del sentido de identidad comunitaria.

por supuesto, yo reseño esos temas pero en rigor las series presentan un conjunto de historias y experiencias sobre la maravillosa, espantosa existencia que por default te revolean en la cabeza si sos joven, mujer y negra.





Cat People (Paul Schrader, 1982)

claro, por culpa de puig. en su momento vimos la de la década del cuarenta (que es con la que abre Molina) y ahora se nos dio por mirar esta remake llena de droga. tiene a la hija de kinski, el papá de mi pobre angelito, alex de la naranja mecánica y un "hmmm" en la voz de david bowie al principio del film. bueno, sobre el final el chanta sí canta una canción, con los títulos.

más explícita que su referente, pero leal en el sentido de que la naturaleza felina-homicida sigue sobreimprimiéndose a la sexual. hay algo de progresivo que parece ser de época (se impone lo explícito tanto en la forma de agencialidad femenina, como en la de nalgas masculinas y -claro- pezones por todos lados) pero a fin de cuentas el relato es puritano -más allá de lo incestuoso ¿o es parte de lo mismo?.

para mirar tomando mate con cáscara de naranja embebida en LSD.


The Roads not Taken (Sally Potter, 2020)

una nuevita con bardem y apariciones mínimas de la Hayek. un escritor vive al cuidado de su hija en NYC. un pajero mediterráneo que abandonó a su familia. un apesadumbrado esposo que perdió un hijo y sobrelleva un duelo eterno. variaciones sobre el tema de ser un bardem adulto.

bien resuelta, de a ratos lenta. grecia es linda y méxico es feo.




I Know This Much Is True (2020)

esta serie estuvo muy bien. no estoy seguro de a quién acreditársela. seis episodios para HBO, basados en la novela homónima de Wally Lamb, producida por unos cuantos nombres y apellidos incluyendo el de ruffalo que la protagoniza y la coprotagoniza.

el argumento es la dura vida de los gemelos ruffalo. uno de ellos es esquizofrénico y comienza la serie con una automutilación. es una historia muy dura, para llorar por lo menos una vez cada episodio, véanla si les gusta sufrir. gran elenco de actores mainstream de los 2000 que ahora son maduritos que están de vuelta como Juliette Lewis y Kathryn Hahn.

el argumento es ese pero los temas, discutiblemente, son otros. la cárcel de la masculinidad es uno de ellos. la imposibilidad de sacudirse de un golpe de woke dos mil años de una usos y costumbres misóginos es otro. las diferentes formas de amar, las diferentes formas de estar solo, el racismo más íntimamente integrado. bueno, hay con de todito para sufrir.

estoy viendo la serie watchmen. boba, bonita, banal

/edit de 2021: finalmente sobre esa y otras super series de super amigos escribí esto.

septiembre, 2020

arranqué septiembre viendo el topo (1970) del psicomago jodorowski

2 horas de MAMADERA

luego vi esta falopa máxima potencia





La sonámbula, recuerdos del futuro dirigida en el 98 por Fernando Spiner ¡con guión de Ricardo Piglia!

apariciones de gastón pauls, belén blanco y el crack de urdapilleta. la versión restaurada super mega 4K una joyita lo lindo que se ve. lo espantoso de las voces no se sabe si atribuirlo a las regrabaciones, a las actuaciones o a la dirección.

corre el distópico futuro de 2010 y entre festejos de bicentenario y un fondo que combina constitución, lanús, y el sur de buenos aires sobre la estética de matrix (pero esta peli es anterior a matrix), un par de tórtolos intentan escapar de un científico loco, descubriendo una maquiavélica estructura de investigación bélico-biológica que experimenta sobre el proletariado sin culpa ni moral.

¿qué van a hacer? ¿no verla?


después en el CC vimos






The Devil All the Time, recién estrenadita, dirigida por Antonio Campos en base a la novela homónima de Donald Ray Pollock

una de esas historias de los gringos sureños que comienzan en una generación y terminan en otra, cruzando historias y destinos. un mensaje liberal, progre, bastante evidente (sobre el final se oye a lyndon johnson que decide multiplicar la presencia militar en vietnam, luego de dos horas y media de -en definitiva- consecuencias de la traumática-psicopática disposición con la que vuelve un personaje de WWII).

prejuicios puritanos, pobreza sureña y violencia machista. spiderman y el vampiro y la chica de la última mujercitas y ese señor que se parece un poco a woody harrelson. hay algo de destino maldito, un planteo del arraigo profundo de la violencia en la sociedad americana. pero sobre todo hay mucho de saber contar historias, pirrón y yo vimos lo mismo: mucho préstamo a PTA y a los Coen. bienvenido sea. dura dos horas y veinte pero no se me hizo larga.

y luego pinto la aspereza




Los pulpos, dirigida en 1948 por Carlos Hugo Christensen, con guión de Cesar Tiempo (autor de Versos de una puta, parte de la pandilla de boedo) con Olga Zubarry que la rompe y con Roberto Escalada que no tanto.

parece que está basada en una novela de corte erótico, o casi. básicamente se trata del viejo y misógino cautionary tale del tipo que se pierde por enamorarse de una mujer-parásito y putona, poco más que eso. muy bien llevada, te cae bárbaro la supuesta mujer fatal, y el muchacho te parece un tarambana. mucha imagen que hoy habría que guardar en un archivo como el viejo diario crítica, lo que creímos reconocer como constitución (exactamente cincuenta años de su versión falopa futurista mencionada más arriba), tranvías y autos en la calle corrientes, etc. recomendable

octubre, 2020


El juguete rabioso, dirigida por Aníbal Di Salvo y José María Paolantonio en 1984

¿película de la democracia? hay escenas de maltrato milico que yo no recuerdo en la novela (y que más bien me parecen tomadas de full metal jacket). lo mejor es la escena erótica con ¿el? trans. el film tiene treinta y cinco pirulos. la novela, casi cien. la sexualidad pide ser releída.

andrea me hizo dar cuenta de eso, y también de que, al tomar la decisión de contar de manera analéptica, la estructura más tradicional de bildungsroman se pierde. en todo caso, el mal puro, ontológico, parece un poco ex-nihilo en esta versión que no ahonda en el viaje psicológico que sí define más a la novela. otra cosa creí notar: para mí la idea fue fusionar a Silvio Astier con Arlt. física y psicológicamente. lo cual acaso explique la elección de Cedrón en el papel principal

luego vi Halloween dirigida por carpenter en el 82. bonito clasicazo con la curtis a los 20 años.

--o--

ayer vimos un documental de la Martel sobre Silvina Ocampo, las dependencias

es precioso, por mérito de Silvina. le hacen falta unos subtítulos con furia pero bueno

--o--



hace unos días vimos spider de cronemberg. es rara. en el sentido de que no es todo lo rara que uno espera cuando le da play a un cronemberg. fiennes es un loquito que medio que vive un mambo y medio que recuerda una infancia con un viejo (byrne!) muy pasado de rosca y una vieja (miranda richardson) que hace lo que puede. algo terrible ha pasado. me quedé dormido y tuve que rebobinar y ver de nuevo el final pero no le echo la culpa al film, yo estaba muy cansado.




anoche vimos the indian runner dirigida por penn y también con un elencazo. un mortensen jovencísimo, el gigante buenaso de david morse, patricia arquette de quien todavía no me recuperé y valeria golino QUE SI NO ME EQUIVOCO era Ramada en locos del aire. entre una y otra yo viajaba a mi infancia y adolescencia. además dennis hopper y charles bronson en papeles secundarios.

es, claro, una película de maxitos, como dijo la profesora. yo, igual, la disfruté mucho. qué va a ser, maxito en descomposición que es uno. una historia hecha de silencio familiar, de formas en que los yankis meten la violencia en su adn sin necesidad de un trauma que explique la cuestión.

--o--

ahora estamos terminando una serie i'll be gone in the dark que combina la historia de un asesino-violador en serie y la historia de una mujer que lo investigó 20 años después. dos subgéneros del documental (el true-crime y la biopic) que no son mis favoritos, y un morbo que no disfruto para nada. pero bueno, está bien hecha, supongo.


a woman under the influence (1974) de John Cassavetes

impresionante, durísima.

dicciembre, 2020

 ví solamente dos pelis del festival de mdq, ambas documentales.

primero vi No existen 36 maneras de subirse a un caballo, dirigida por Nicolás Zukerfeld, guionada por él y por Malena Solarz. ambos compañeros de laburo que hace rato quería curiosearles un trabajo.

el video es un razonamiento en tres episodios (¿tesis, antítesis y síntesis?), que desde mi falta de formación consideraré en un plano godardiano y cozarinskiano... tal y como godard y cozarinsky hace rato que no logran componerlo.

un director investiga el origen de una frase, que otro director cita sobre un tercero. la discusión original, citada como pura ruina, entre la cinematografía clásica y la moderna, se transforma en una excusa semántica que orienta una obsesión. viejos críticos que ya no saben qué quisieron decir o no lo recuerdan, citas apócrifas o intervenidas para el gusto de tal o cual país, y un juego de repeticiones y encuentros que muy sutilmente deja respirar una antiquísima duda sobre el sentido de la repetición y del encuentro.

Luego, recomendado por mi amigo rigoberto, llegué a este otro documental: Adiós a la memoria, dirigida por Nicolás Prividera.




¡cómo me gustan los documentales con tesis!

este más bien es un documental-ensayo en forma de preguntas (no retóricas) sobre el olvido y las imágenes.

la historia es tremenda, el material es fabuloso y la bibliografía es sólida (¿tal vez demasiado académica?), pero no son estos elementos, ni su combinación, los que hacen a este documental tan extraordinario, sino la validez, personal y universal, de la investigación que propone Prividera. es otra historia de un hijx de desaparecidx, sí, pero es también una exploración de su experiencia que interpela muy por fuera de los procesos de la empatía general: es una angustia a la que no veo cómo puede nadie ser ajeno. recomendadísima

--o--

por algún motivo sigo viendo documentales

le pedí recomendaciones del festival al dr. rigoberto, que nunca falla. es un vivo, me dijo que vea el año del descubrimiento, dirigida por Luis López Carrasco. fue -entiendo- ganadora de la competencia internacional.



es un montaje en el que la mayor parte del tiempo la pantalla está dividida. allí vemos dos diferentes enfoques de la misma escena, o dos distintas escenas, o a veces solo una. con este simple jueguito el director logra un juego de inmersiones y relajamientos muy dinámico.

se trata, si es que puede decirse eso, de la desindustrialización en cartagena (murcia) que españa pagó como tributo para el ingreso a la UE, del costo humano que implicó, y de las consecuencias sociales, con mucha movilización, tomas, etc.

pero al mismo tiempo, no se trata directamente de eso, sino que lo que tenemos durante las ágiles tres horitas y cuarto de puras conversaciones. jóvenes que charlan, no tan jóvenes que recuerdan, personas que discuten, mientras beben, cocinan, fuman. el archivo y los carteles informativos son apenas breves interludios y durante gran parte del film, la historicidad se cuela por el fondo mientras en primer plano se debate un coqueteo infame de praxis vital y conciencia de clase.

de verdad es extraordinaria y se merece lo que sea que haya ganado. me tomó todo el día.


luego en el cc vimos El país de las últimas cosas, dirigida por el argentino chomski, basada en la novela homónima de Auster

no quiero ni hablar.

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 vi un documental que no se si se conseguirá ya, la vuelta de san perón.


hay un loquito en estas pampas llamado carlos muller que tiene un cineclub llamado dynamo. hemos ido, es simpático, consigue rarezas, las proyecta en ¿35? y nos tomamos una birrita.

parece que en algún momento, un conocido suyo, coleccionista, obtiene un conjunto de latas sin identificación. una de ellas contiene un corto en blanco y negro. allí, norma teresa cuevas de aresta contaba su presente: 37 años, 17 hijos. todos cirujean, contaba. contaba sus aspiraciones: una casa con habitaciones, con piso, con losa. le hablaba a su bebé y le contaba que votó a perón para que ella tenga una mejor vida, para que tengan trabajo etc. circa '74 entonces el film desconocido sin créditos.

el documental acompaña a muller en su investigación: busca al director, a los protagonistas, y al desenlace de esta historia, que claro, es muchas historias.

muy bonito, y breve.

(las explicaciones históricas me parecieron necesarias, aún cuando sean imprecisas. sobre todo me hay que entender que esto va para festival y ahí andá a saber quién la ve. o sea, hay gente en estados unidos, europa y en el FIT que creen que perón fue un milico fascista corrupto.)

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ayer vimos mank con el cc




entre el bolazo de tarantino y esta tengo que reflotar una vieja categoría: hay formas más eficientes de hacerse la paja. mank es una historia sobre el cine americano clásico, siempre nostálgico en la onda Todo Tiempo Pasado Fue Mejor (corte sunset boulevard, como no han dejado de hacer nunca) en plena transición del mudo al sonoro, con la crisis de fondo y detrás de ella, hitler. en ese escenario vemos a un guionista, escritor vicioso venido a menos, crítico implacable, lúcido, odioso, etc. tranqui las expectativas: Mank solo es al mismo tiempo groucho marx, woody allen, schindler y maradona. todas las escenas son de cartón menos una, muy divertida, en que la esposa le dice que si no puede decir nada bueno no diga nada.

es, también, en fin, una biopic. y como todas las biopics (es impresionante) cuenta la misma historia: la de un héroe demasiado talentoso e incomprendido por su tiempo que se enfrenta a todo tipo de adversidades para ser fiel a su verdadera esencia.

no se les cae la cara.

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vi dos más de scorsese: su bella ópera prima who's that knocking at my door (1967) y la muy inferior mean streets (1973) en la que supongo que está empezando a practicar esa otra faceta que es la más conocida de él. o por lo menos es la que yo más le conocía, de contar la historia de un criminal con códigos que trata de hacer equilibrio entre lealtades opuestas mientras la banda sonora más cara del planeta se combina con escenas de extrema violencia y/o ridículo.

pero ahora que sé que scorcese es otra cosa, repito lo que dije cuando vi toro salvaje:

Raging Bull (Scorsese, 1980).

desde que vi la brillante alice doesn't live here anymore (1974) empecé a notar dos cosas

una: el cine de scorsese puede ser un cine sobre la masculinidad, pero la mirada es femenina.

dos: lo resumo así, el cine de scorsese no es ni una elegía ni una crítica a la masculinidad, es un museo. ahora, viejo y patético yo mismo, puedo ver que todos los muchachos de estos films son pequeños, inseguros, aterrados, frágiles, miserables. es desde esa pequeña miseria que los compone que logran algún tipo de heroísmo. es a pesar de sí mismos (de sus prejuicios, de su misoginia, de su terror y temblor, digamos) que logran producir breves empatías. pienso en la escena final de pesci en casino por ejemplo. lo que sentí de jovencito viendo esa escena, es para pensarlo. es para pensar qué hace scorsese ahí.

...se aplica a estas dos pelis, ambas protagonizadas por harvey keitel. a la misoginia y la fragilidad de los onvres de scorsese se agrega en mean streets bastante de racismo callejero neoyorquino. de hecho uno de los dilemas del protagonismo es que le gusta una mujer pero es negra. y así. creo que me quedan dos o tres de scorsese que me interesa ver. considerado todo junto, me parece un gran director. de esos que tienen muy buenos films que te dan ganas de volver a ver, no de esos que son grandes directores pero todos sabemos que no nos ponemos a ver una de sus pelis ni en pedo.

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vi Moebius, dirigida por Mosquera en el 96, con el bueno de Carnaghi.

leemos en wikipedia que es "el primer largometraje producido por la Universidad del Cine y realizado íntegramente por los estudiantes de la misma". no es, sin embargo, la primera película de ciencia ficción dirigida por Mosquera que veo. todavía recuerdo la bastante más completa lo que vendrá, del 88, con la actuación de Charly García.

moebius está muy bien hecha. completa, prolija. como casi todo lo que se filmó en esta bendita tierra antes de Stagnaro, los diálogos son de cartón, como si fuera 1950. además de eso, el problema de la technobabble (lenguaje aparentemente científico sin sentido) que es un poco vergonzoso -posiblemente en su forma literaria funcione mejor, mas no pondría las manos en el fuego. pero igual es un film interesante y supongo que importante. incluso si no te calientan los subtes y los trenes. si te calientan es rico railporn.


también vimos Rompan Todoː La historia de Gustavo Santaolalla en América Latina. 

muy simpática y divertida, pues el rock tuvo mucha gente simpática y divertida. y también violenta y desagradable, pues el rock estuvo lleno de eso. particularmente agradable el esfuerzo por mantener a la vista la cuestión femenina (o bien la cuestión hipermasculina), más a lo largo de la serie que en el apartado en sí -que es un poco sonso.

nota aparte para patricio rey. hace veinte años que se separaron, hace diez que se terminó el rock, y todavía no logran digerirlos, no tienen idea. no tienen la menor idea. son el error irreductible del mito pajero y autoindulgente del rock.


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miserere guionada y dirigida por Francisco Ríos Flores en 2019



mi amiga meri nos había hablado de la existencia de este film, y en nuestros intercambios sobre estudios y perspectivas de género me había llegado una reseña de Anfibia.

no creo que pueda decirlo mejor que eze vila: muchas oportunidades desperdiciadas.

la peli es buena en los papeles. en su realización, me parece, falla. a partir de años de encuentros y entrevistas, el guion se propone transitar un día en la vida de estos muchachos, que yo llamaría más "buscas" que taxi boys. o trabajadores sexuales. ese no es el problema, sino la fórmula propuesta. durante la breve (en eso acierta) duración del film, vemos a estos muchachos estar parados, moverse, mirar. y escuchamos sus pensamientos, en forma de voz en off. estos pensamientos son creaciones, asumo, basadas en todos esos años de entrevistas y charlas, pero no dejan de ser un extraño montaje. interpretados por ellos mismos, sus cuerpos y sus voces llenan la pantalla, pero el texto es todo del guionista, con lo que si su idea fue correrse o dar lugar a estos recorridos, el resultado es muy otra cosa: una narrativa-documento que como narrativa es poco atractiva y como documento se siente demasiado mediada.

es correcto llamarla película de non fiction, porque en categorías más rigurosas o cerradas la cualificación sería estricta y poco halagüeña. como ficción, no llega a ser entretenida ni inmersiva. Y como documental no produce sensación de estar tocando lo real. aún cuando ellos sean ellos, la magia del documentalista consiste en encontrar ese rarísimo filtro que muestra a la gente actuando de sí misma... tal como actuaría si no la estuvieran filmando. nada de eso aparece en Miserere

no basta con los cuerpos y las voces, hay un método, un procedimiento, que no se termina de desarrollar.

la película tiene mucho valor ¿qué duda cabe? un film necesario, un film que hay que guardar y exhibir (y no poner en plataformas verga con precios verga). pero da la sensación permanente, repetiré otra vez a eze, de oportunidad desperdiciada. esas entrevistas, si existen, traspuestas con imágenes que parezcan menos montadas, menos artificiales, bueno, no lo sé.

ojalá siga dirigiendo el director. hay mucho coraje y mucho potencial. a lo mejor solo falta práctica

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Remember me (2010) dirigida por Allen Coulter con robert pattinson (el vampirito)

un espanto de violencia romantizada. me hizo pensar que alguien debería hacer una lista de films de amor en que no haya una valoración positiva y hasta elogiosa de la toxicidad que estos escritores de cincuenta años imaginan que lxs chicxs de quince entienden por amor.



luego vi Xanadú (1980) dirigida por Robert Greenwald con la newton-john, michael beck (el pibito de the warriors) y gene kelly

...una experiencia. andrea encontró esta nota en la nación llena de información y anécdotas. no termino de entender por qué insisten en hablar de los ochentas. en todo caso yo sentí que el director proyectó su idea de cómo serían los ochentas, desde los setentas. este engendro es el resultado. una mezcla infame que al parecer fue un "fracaso" y con el tiempo se volvió de culto. es para ver entre amigxs y puestxs.


después vi cave of forgotten dreams, también del 2010, de herzog

el bueno de herzog entra en una cueva descubierta hace poquito con dibujos de hace 30 a 40 mil años y te derrite el cerebro con preguntas, imágenes y especulaciones. muy recomendable, sorprendiendo a nadie.


también terminamos mindhunter la serie dirigida por david fincher desde el 2017.

tiene dos temporadas y todo indica que la tercera nunca saldrá. la primera fue entretenida e interesante mientras fue mutando. cuando estabilizaron y trataron de sistematizar una fórmula (y particularmente en la segunda temporada), es decir, cuando serializaron, se impuso la mediocridad de siempre.

aparentemente basada en un libro que aparentemente cuenta una historia real de unos muchachotes del fbi que flashean que descubrieron no se qué cosa que en todo caso ya se sabía desde principios de siglo. lo que me gustó, me gustó a pesar de su pretendida (y pretenciosa) relación con el mundo real. me gustó groff, me gustó el amigote (el que tenía tetas en fight club), me gustó cierta dinámica y cierta velocidad. o mejor dicho, cierto juego de velocidades, mientras la fórmula principal evolucionaba constantemente (de su rutina ordinaria al trabajo de dar clases a la policía, al desarrollo de un interés particular y una técnica particular, a la conformación de un equipo) la fórmula secundaria proponía lentitudes (charlas con psicópatas que amagan ir en determinada dirección a veces de manera frustrante).

me parece divino que la hayan cancelado porque durante toda la segunda temporada eligieron dedicar el comienzo de cada episodio al que se habían imaginado que sería el malo de la tercera. espero que alguien se haya quedado sin trabajo aunque no lo creo.

enero, 2021




primero terminé las dos temporadas de umbrella academy




basada en los comics homónimos de Gerard Way, "desarrollada" por Steve Blackman para Netflix en 2019 y 2020. conté como diez directores distintos, así que no se a quién se supone que se haga cargo de la estética, bastante coherente a lo largo de las dos temporadas (que asumo que uno de ellos, o el tal Blackman, fue el director de verdad, y el resto pusieron el gancho y calentaron la silla). umbrella academy es una colección de brillantes videoclips musicales todos o casi todos con versiones preciosas de canciones preciosas.

luego, entre video y video, un argumento ridículo, que pretende ser adulto y se queda en teen. sucede de nuevo -y van...- que alguien tiene la brillante idea de re-inventar el subgénero superhéroes en versión realista/humano/oscuro (o todo junto, tomado como sinónimo). "revolucionario" subgénero que, con mirar por encima descubrirían que hasta las industrias mainstream vienen practicando desde hace cuarenta años. es notable que este sencillo fenómeno parece pasar desapercibido para estos "renovadores" (lo mismo pasaba con the boys -aquí reseñado-, peor que umbrella y sin los videoclips motivo por el cual no encontré razones para mirar la segunda temporada).

entonces, sin ninguna idea más que un efecto de genericidad (enmohecido) paradójicamente estos argumentos terminan siendo tan chatos y sonsos como los que hacían marvel y dc hace un millón de años... pero con un poco de sangre y con uno que se chapa a la hermana. una pelotudez.

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después vi una verdadera maravilla que le recomiendo a todo el mundo (aunque tuvimos que apelar a la deep web así que aviso que está difícil de conseguir)




la noche submarina de alejo moguillansky, diego flores y fermin villanueva. como todo lo que sale del pampero, en seguida vemos al resto de la tropa ocupando otros lugares: llinás en el guión, o walter jacob ya no me acuerdo haciendo qué.

luego del accidente del ARA san juan, los muchachos revisan unas grabaciones que habían hecho hace (¿veinte?) años, que incluyen tres días documentados en que los dejaron estar adentro del submarino durante una breve misión. material que había sido descartado, proyectos de films abandonados. "museo de los rechazados" según la expresión pampera que están usando ahora.

me marea imaginar el desafío de trabajar esos restos a la luz insoportable del 2019, de leerlos desde su presente específico a coro con el presente post-accidente, sin caer en los múltiples bordes berretas que tal propuesta sinuosa implica. el resultado (tal vez con la excepción de las líneas finales) me parece exquisito. una lección de abismo, de infinitos en intensidad.


finalmente volví a ver 12 monkeys


es tan perfecta como la recordaba. gilliam en su mejor momento, haciendo equilibrio entre la marca personal (esos planos inclinados y saturados de objetos de incómoda catadura) y el standard popular. es como una rara ventana hacia lo que el cine industrial podría ser si no partiera de la premisa de que el público es siempre imbécil (independientemente de lo atinado o no de la premisa).

tomado el film por lo que es, uno puede ver el esquema dibujado en un pizarrón, es un cuadradito, no hay nada ahí revolucionario, solo un tipo con buena mano que sabe actualizar la tradición (después de todo es tragedia griega con tecno-distopía, un interés romántico tradicional y poco más) sin perderse en el ruidaje banal de lo inmediato y perecedero.



las mil y una (2020) dirigida por clarisa navas.

si existen películas sobre adolescencia que no sean, ellas mismas, adolescentes en su torpeza, predictibilidad y ejecución, tienen que ser como esta. en un barrio picante, en la provincia de corrientes, una chica y sus dos primos, avivados e ingenuos en explosiva mezcla, tratan de experimentar un poco de vida. con buen humor y lindas actuaciones, con buen ritmo y con buenas ideas, sin recursos trillados. a la última media hora le falta un poco de esa agilidad pero no se me ocurren más observaciones. todos en el cc coincidimos más o menos con la nota, cosa que nunca pasa.

está en cinear por 30 mangos. se consigue en emule.





the undoing. "creada" este año por David E. Kelley y dirigido por Susanne Bier, basado en una novela del 2014 llamada You Should Have Known de Jean Hanff Korelitz.

muere una bella joven cuyo hijo está becado en un colegio de aristócratas neoyorkinos. los secretos comienzan a develarse y las confianzas se ponen a prueba. a mí me parece inteligente esta decisión de poner a la kidman (como en big little lies) en roles así, de ostentación impúdica. ella, sutherland y grant tienen todo puesto para representar esos personajes, sacados de sí, conmovidos por su mínimo teatro universal y encapsulados en una fortaleza de cinismo y de cemento. la violencia y el crimen surgen (una vez más, como en big little lies) como consecuencia del atrevimiento de cruzar las barreras sociales. la asesinada, su marido y su hijo son latinos.

hasta acá las buenas decisiones, el resto no me parece que se haya resuelto felizmente. como yo lo veo tenés dos caminos: investigar la condición humana o entretener. y the undoing no llega más que a surfear en las aguas de ambos mundos.

después vimos un documental local



las lindas dirigida en 2016 por melisa liebenthal, que tenía 24 años.

una serie de entrevistas y reflexiones en off de la directora sobre pasiones y sufrimientos asociados a la idea de belleza femenina, compaginado con fotos de los años dos mil y algunos videítos caseros también de esa época.

durante un rato la sensación es que asistimos a una reunión de chetos que se imaginan que sus vidas son interesantes. pero progresivamente la directora -que me parece muy talentosa en su forma de preguntar tras de cámara- va mostrando de qué va su proyecto, y creo que logra ensayar el célebre esquema de lo particular a lo universal. luego de ver la peli discutimos un rato sobre el "clasismo" o la falta de conciencia de clase en el film. a mí me pareció que hay honestidad en la mirada, no creo que le escape a aceptar que vive en un mundo de privilegios solo por no usar el diccionario sjw. pero supongo que es discutible. en fin, es una linda peli, y muy corta por cierto.

febrero, 2021

estos días vi la noche (2016) con lo que ya puedo decir que le sigo la carrera a edgardo castro, cuyo último film familia del 2020 había visto hace unos meses. al sr. castro lo conocíamos como actor. es, entre otras pelis, el protagonista de castro (dirigida en 2009 por Moguillansky). en fin, otro rufián de la tropa del pampero.


discutí con mis compañeros del cineclub y no los convencí. lo mismo dejo asentada mi percepción. tanto en familia como en castro lo que hay es una voluntad de traspasar los umbrales del realismo hasta volver indiferenciable la ficción de lo real. llegar allí, pues, donde el realismo se confunde con lo real.

existen géneros que apuntan en la misma dirección: algunos documentales y el porno amateur, por ejemplo.

aunque no se trata, ni en el cine de castro, ni en los documentales, ni en el porno amateur, de abandonar la ficción, entendida como una estructura narrativa diseñada para producir efectos específicos. si es cierto para los antropólogos, no puede ser menos cierto para el cine. lo que quiero decir es que en su cine, Castro busca crear el efecto en el espectador de hacer indiferenciable lo realista de lo real.

¿en qué consiste la firma de director? formas de iluminar, formas de enfatizar, formas de encuadrar, formas de grabar. pero ¿qué pasaría si no pudiéramos distinguir entra una forma lograda de una forma no lograda? quiero decir: una escena que salió bien (bien actuada, bien filmada, bien iluminada) de una que no. en la noche aun más que en familia es imposible establecer el criterio de dirección. hay escenas fuera de cuadro, desenfocadas, hay diálogos que no se escuchan o no se entienden, hay acciones que parecen fallidas por todos lados. ¿qué podría quedar fuera y con qué criterio? ¿cómo se edita un film si cualquier defecto es un efecto?

repito: no es que no exista esa edición, ese criterio. digo que lo que busca Castro es inundar a su público en el desamparo de la incertidumbre. en la sospecha cabal de que se ha atravesado la intensidad del artificio y se palpa aunque sea la mera superficie de lo real. después, bueno, qué les voy a contar. un escándalo todo. pero eso es anecdótico.



también vimos girlfriends dirigida en el 78 por Claudia Weill




una especie de mumblecore avant garde. vibras annie hall, muy adelantada. buena bonita y barata.



los hijos de fierro (Solanas, 1972)

qué bien asesorado que estaba pino en esa época. me sorprendió

marzo, 2021


i care a lot, dirigida por J. Blakeson en 2021. 


inmirable, huyan.

abril, 2021

tremendo plomazo la última de vinterberg, tan alabada y premiada, los borrachines europeos creo que se llama.

mejor ver los visionadores sobre pelis falopa moralistas enchuladas con la dictadura como juventud sin barreras. la misma boludez pero al menos nos reímos




anoche vi il bidone (1955) de fellini.



no habré visto más de quince films italianos, pero casi todos ellos supuestamente antológicos.

la verdad es que no me llega. no les creo, tampoco. confunden realismo con grotesco y me aburre. la gente que grita siempre me aburre


mary is happy, mary is happy, dirigida por Nawapol Thamrongrattanarit (Tailandia) en 2013.

paul thomas anderson con mumblecore. le puse 7,50


The Father, dirigida por Florian Zeller en 2020, con A. Hopkins

sin parecerme brillante, me gustó.

lo que sí, cuando terminó me dio un ataque de llanto. media hora estuve y después quedé cansado.

mayo, 2021


vimos judas and the black messiah (Shaka King, 2021) que creo que ganó el oscar a composición original este año.

la peli está bien, entretenida sin ser buena. lo que pasa es que la historia de ese contubernio nazi fascista que son las agencias de seguridad e inteligencia estadounidense es, de por sí, tan extraordinaria, que no hay forma de contarla sin ser, al menos, interesante. hay un actor incómodamente parecido a philip seymour hoffman. como si los marcianos hubieran secuestrado a PSH y puesto en su lugar un doble.



en el cineclub vimos una especie de pizza, birra, faso ecuatoriana. se llama ratas, ratones, rateros (Sebastián Cordero, 1999). envejecida y supongo que testimonio de época. mirable.




mortal kombat (Simon McQuoid, 2021), es pedorra. sergio me sugería, con razón, que lo peor es ese protagonista soso que hicieron.


no puedo decir que me haya fascinado. tal vez me faltan herramientas para manejar el registro. pero al mismo tiempo acaso lo qué más disfruté fue la diferencia (la noción de "música dramática" sencillamente no aplica, por ejemplo).

con todo, la disfruté entera a pesar de su longevidad precariedad y las mías propias.



una mala peli animada colombiana. guión pueril, malas actuaciones y animación estilo persépolis pero mal lograda, fea. tiene buena música y bancamos a américa así que le puse cinco.

(el cc, aquejado por la vejez y los psicofármacos, le promedió como 7.5)


Shadow dirigida en 2018 por el chino Zhang Yimou

es un inferno de fotografía y producción y coreografía y esas cosas. yo se que esto es cine y que en definitiva es imagen y movimiento pero -¿vicio de formación?- necesito ese otro componente, no se cómo llamarlo, humano tal vez. todos los personajes y todas sus motivaciones, en un film así, se me hacen medio caricaturescos o infantiles (menos la relación entre la esposa y el shadow)

en fin que la peli me gustó y que creo que entiendo la fascinación que produce pero no es el cine que a mí me vuelve loco. igual voy a ver la trilogía de shangai del mismo director, que me recomendaron fervientemente.



The Woman in the window. Dirigida en 2021 por Joe Wright, un thriller psicológico medio homenaje a los thrillers psicológicos con Amy Adams. 

Es un thriller psicológico con Amy Adams. No parece necersario decir más.


la dirige no se quien y no importa, el proyecto es obviamente todo de frances.

precioso film, es una línea fina la del drama humano del capitalismo tardío gringo sin caer en golpes bajos ni hacer melodrama. sólida.

de paso volví a ver


fargo (filmada en 96, la sexta peli que dirigieron los coen, antes de consagrarse con lebowski, pero ya con varios peliculones como miller's crossing y barton fink)

después de ¿20? años desde que seguramente el bueno de alan pauls la programara para la tele de tubo que daba una tenue luz a mi habitación adolescente llena de ruido y de furia. solo recordaba la paleta de -no-colores, la poli embarazada y que me había gustado mucho. con los años aprendí el nombre de Frances McDorman. ahora que tengo yo casi su edad en Fargo, me dejó suspirando.

es un peliculón. había olvidado a buscemi y a maci que también son dos maravillosos actores. una peli notable y redonda de un tiempo en que el fan service y la dictadura del plot twist no se habían impuesto por la plataformización de la cultura. entiendo también por qué no recordaba los detalles: es una narrativa brutalmente sencilla, lineal. la lealtad o la atención del espectador se adhiere directamente a las humanidades y a cierto tono de cine clásico que ya los coen sabían imprimir a sus tomas aereas (fanfarria y estatua gigante).

junio, 2021


vimos munich, la premiada peli que hizo spielberg en 2002 sobre los agentes secretos del estado de israel a quienes se encomendó encontrar y matar a los responsables del secuestro y atentado en las olimpíadas de munich en ¿79?

esperaba algo deprimentemente tibio o dosdemonista. es justo decirlo, la línea de spielberg es antisionista, aunque no falta el diálogo que sugiere que los palestinos son peores que los nazis. de todos modos a la película no le puede importar menos ni el sionismo ni la shoah ni los atentados ni los crímenes del estado de israel, porque su tesis es una que a hollywood le encanta premiar: la superación del conflicto oriente-occidente se da... en nueva york. dos escenas emocionan por idiotas: el duelo por la música entre un árabe y un judío (que se decide por un compromiso, escuchando alguna baladita pop gringa) y el escepticismo con el que el protagonista responde cuando le sugieren que la CIA está en buenas relaciones con el terrorista. pero la ingenuidad del personaje solo se encabalga sobre la del film, que plantea que la CIA solo negocia con el terrorista a cambio de que en sus ataques no mueran norteamericanos. en fin, todo eso es parte del baile, lo que no se tolera es que, además, sea una película aburrida.

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voluntaria pero no coercitivamente hubo pride month en el cc.




Shiva Baby, dirigida por Emma Seligman (EE UU, 2020)
I killed my mother, dirigida por Xavier Dolan (Canadá, 2009)
Dr. Jekyll and Sister Hyde, dirigida por Roy Ward Baker (UK, 1971)
Un año sin amor, dirigida por Anahí Berneri (Argentina, 2005)

menos la de Berneri (luego directora de Alanis con sofía gala), todas me parecieron sonsas, exageradas, largas en sus breves minutos. la británica, además, me parece ostensivamente transfóbica aunque desde una lectura carnavalesca se pueda afirmar que el deseo circula hacia y a través de cuerpos trans. las culturas judía y gay tratan de salvar un verosímil incómodo en shiva baby y en i killed my mother cuyos guiones serían grotescos fuera del paraguas paisano y almodovariano. Dr. Jekyll and Sister Hyde es un film de género: efectista, industrial, pueril. cosas de época.



solo el bueno de Minujin se destacó para bien, poniendo el cuerpo a la versión cinematográfica de la novelita de pablo perez.

julio, 2021


The Night is Short, Walk on Girl dirigida en 2017 por Masaaki Yuasa

un escándalo de inteligencia y belleza, soy un irreductible fanático de Yuasa y no soy confiable. suscribiré, mejor, una por una las palabras de mi amigo gonzalo:

Con algunos Personajes de Tatami Galaxy, una trama similar y un estilo idéntico, vemos los tópicos de Yuasa de siempre: el amor, el miedo al rechazo, la soledad, el paso del tiempo, siempre superados por las segundas oportunidades en la vida, cuando el personaje pasa por una suerte de metamorfosis con alas de mariposa (o polilla) y todo.

El personaje principal (sin nombre) está enamorado de una compañera de la facultad. Decide buscarla y saludarla por todos lados diciendo "pero che, ¡qué casualidad!" hasta que ella crea que es el destino y le tire onda. Por supuesto, no pasa.

Como dice el título, la piba siempre está en movimiento. La película transcurre en una noche, donde arranca de gira por todos los bares, se cuela en casamientos y fiestas, compite con un viejo a ver quién aguanta más la bebida. Va a una venta de libros usados, se mete en el festival de la facultad, etc.

Lo bueno, a diferencia de Tatami Galaxy, es que tenemos la voz de la piba. Vemos las motivaciones y hasta un crecimiento hacia el final. La animación es excelente, la dirección es una fiesta. La resolución de la película va por el mismo lado de los capítulos 11 y 12 de Tatami Galaxy, pero el enfoque es ligeramente diferente, lo cual es bueno.
Lo malo, es demasiado parecida a Tatami Galaxy, y que haya guiños y personajes por todos lados es molesto, a tal punto que algunos chistes pasarían desapercibidos para los que no la vieron.

la serie de la que habla, Tatami Galaxy, es una de las experiencias narrativas y audiovisuales más fantásticas que puedo recomendar a nadie. es, en fin, me repito, de esas cosas que me interpelan tan profundamente que elijo no decir nada. por ahora.



mein liebster feind, documental dirigido por herzog en 1999

es sobre kinski, y la relación que cultivaron el director y el actor.

herzog se acerca a kinski como a un fenómeno de la naturaleza, un volcán, una cueva con pinturas de 10 mil años de edad, un oso grizzly. no hay coto para la medición de vanidades entre director y actor, ambos pasan por, digamos, Perú. rompen todo, joden a todos y salen de ahí imaginándose genios. y tal vez lo hayan sido. cretinos máximos. es imposible distinguir verdad, exageración y adorno del recuerdo. los registros están, y son apabullantes. lindo film

también vi Rebel in the rye dirigida por Danny Strong en 2017


una biopic sobre salinger, que es lo mismo que decir una biopic sobre cualquier persona. dicho eso, un detalle: todo en la vida de salinger es leído en clave de Holden y del guardián entre el centeno, y nada menos que kevin spacey encarna un docente y tutor cuyas manos se permiten ir más allá de lo nítido y entran en terreno ambivalente (o sea, prefigura a Antolini). esta peli es posterior a las denuncias contra spacey, lo que significa que el director o alguien es un sádico importarte.

en el CC vi la falopeada máxima


La civilización está haciendo masa y no deja oír

es difícil creer que Julio César Ludueña haya estrenado esto en 1974. una especie de humorada en clave de comedia musical con hipótesis gorilas livianas sobre el populismo y la democracia basadas en el sonso sentido común de la clase media porteña y fifí (entre los guionistas está cozarinsky). pero más allá de la hipótesis política que propone (el pueblo o los trabajadores como un gran prostíbulo, el gobierno o perón como el proxeneta) el proyecto es, de hecho, atrevido y experimental. escenas y canciones de una vulgaridad atroz que pretenden revolver al espectador en su asiento, planos , secuencias y efectos que responden en cualquier época a sensibilidades vanguardistas: romper con la percepción simplificada, ir a lo duro, a lo difícil, a lo raro.

hay una jovencísima valeria lynch cantando que es fenomenal.

está entera en youtube



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vimos birds of prey, dirigida por Cathy Yan en 2020.



un desastre total, ni graciosa ni entretenida ni nada. cada día peor las películas de marvel y dc.

por último, traje al CC Living in Oblivion



de nuevo y sin proponérmelo, me encuentro trayendo al cc films sobre el mundo de los films. en este caso, dirigida por Tom DiCillo en 1995, competidora exitosa en Sundance y otros festivales. linda peli independiente con monstruos de la categoría de buscemi y catherine keener, con la curiosidad de que es el debut cinematográfico de peter dinklage.

me reí mucho.